El jefe del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, dirige columnas de combatientes a Moscú tras tomar bajo su control la control la sureña ciudad rusa de Rostov del Don, en una rebelión armada que el líder de Rusia, Vladímir Putin, calificó de traición y que, aseguró, será sofocada para evitar una nueva guerra civil.

“El equipamiento (bélico) del grupo Wagner avanza por el territorio de la región del Lípetsk”, 340 kilómetros al sur de Moscú, afirmó el gobernador local, Ígor Artamónov.

Las autoridades rusas, que instauraron hoy el régimen antiterrorista en la capital y en la región de Moscú, desplegaron a policías armados con ametralladoras en la entrada de la autopista M4 Don a Moscú para detener a los mercenarios, según el diario Védomosti.

El Ministerio de Salud Pública envió ambulancias y servicios de emergencias a la zona, mientras que en medios rusos circulan fotografías del levantamiento de diversos obstáculos en la autopista para impedir una eventual penetración de los mercenarios, desde el bloqueo de las vías con camiones Kamaz hasta tractores que excavan zanjas.

La comunidad internacional, desde Estados Unidos hasta la Unión Europea (UE) y la OTAN, observan de cerca los acontecimientos, que Ucrania interpreta como un signo hacia el colapso del régimen de Putin, y varios países han recomendado a sus ciudadanos evitar viajes a Rusia y acercarse al centro de Moscú, donde por ahora domina la tranquilidad.

El Ministerio ruso de Exteriores advirtió “a los países occidentales contra cualquier indicio de posible uso de la situación interna rusa para lograr sus objetivos rusofóbicos”.

Para la inteligencia militar británica, Rusia afronta el “desafío más significativo” en los últimos tiempos y la “lealtad” de sus fuerzas de seguridad serán “clave” para el desenlace de la crisis.

Prigozhin, quien ha asegurado que no se trata de un golpe de Estado, cruzó anoche con 25,000 hombres, según dijo, la frontera rusa a la región de Rostov desde Ucrania, donde las fuerzas rusas habían atacado supuestamente con misiles un campamento del grupo Wagner, para iniciar una “marcha por la justicia” hacia Moscú. 

El motivo, dijo, es el “caos” causado por la cúpula militar en la guerra en el país vecino y la muerte de “más de 100,000 soldados rusos” por su culpa.