La ministra en retiro y actual senadora de la República, Olga Sánchez Cordero, reconoció que el Plan B electoral que este jueves la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidó en su totalidad, fue producto de un proceso legislativo muy atropellado y desaseado. En entrevista, la presidenta de la Comisión de Justicia del Senado hizo un “mea culpa” y señaló que los legisladores deben hacer una profunda reflexión y no volver a incurrir en esas irregularidades, en lugar de “culpar” a la Suprema Corte.

“Yo quiero reconocer que estuvo atropellado, no se siguió un proceso limpio, transparente en ambas cámaras, sobre todo en la Cámara de origen. Tenemos que hacer una reflexión al interior, una introspección: qué hicimos mal, qué tenemos que mejorar, antes de echarle la culpa al vecino”.

La ex secretaria de Gobernación, en actitud autocritica, sostuvo que “Es una pena que por un proceso legislativo muy atropellado, porque fue muy atropellado, y nosotros tenemos que hacer una reflexión personal, hacia el interior de las Cámaras, cómo mejorar nuestro trabajo legislativo y nuestros procesos legislativos para no tener que enfrentar invalideces por procesos legislativos y que no entre la Suprema Corte al fondo, que sería importantísimo que hubiera entrado”

Sánchez Cordero dijo que tras este fallo inatacable y definitivo habrá que esperar hasta el próximo sexenio porque en el futuro se debe retomar el tema. Insistió que es necesaria una reforma electoral, pues México es el país más restrictivo en normativas electorales para todos: para los partidos políticos, para los candidatos, para la población en general.

 “Que si no puedes hacer esto, que si sí puedes hacerlo, que si no te anticipas, que si sí te anticipas, que cuántos recursos. O sea, está sobrerregulado el proceso electoral en México, con unas medidas de verdad insospechadas a nivel mundial. Sí se tenía que reformar, sí había materia para una reforma electoral”, resaltó.

Recalcó que el INE “es el instituto más grande del mundo, el instituto más costoso del mundo. Digo, a ver, tenemos que reflexionar, ¿no? Ir para adelante, a un siglo XXI distinto. Creo yo”.