La prohibición, uso, producción, comercialización o importación de maiz genéticamente modificado para consumo humano puede afectar la balanza comercial agroalimentaria, por lo que debe derogarse el decreto que incluye esa determinación, afirmó la International Chamber of Commerce (ICC).
Consideró que el decreto que publicó el gobierno federal, el 13 de febrero pasado, carece de sustento científico, según lo señalaron Estados Unidos y Canadá que se quejan de falta de evidencias que respaldan la prohibición de dicha medida.
Por ello, la ICC aseguró que ante la inexistencia de evidencia científica del gobierno mexicano, Estados Unidos y Canadá ya iniciaron una solicitud de consultas bajo el capítulo 31 del T-MEC y pueden iniciar un panel contra México.
“La International Chamber of Commerce México (ICC México) considera que, debido a los sólidos planteamientos presentados por Estados Unidos y Canadá en relación a la falta de evidencia científica que respalde la prohibición del uso de maíz genéticamente modificado en alimentos destinados al consumo humano y animal impuesta por nuestro país, existe el riesgo de perder paneles de resolución de controversias”, explicó.
De ser así, el superávit comercial de México en el sector agroalimentario puede revertirse, por ejemplo, en el 2022 las exportaciones agropecuarias llegaron a la cifra de 44 mil millones de dólares y las importaciones superaron los 29 mil millones de dólares, lo que significó un superávit de más de 14 mil millones de dólares, el cual se revertirá si se prohíbe el uso del maíz genéticamente modificado.
“Esta disputa tiene su origen en un primer decreto emitido el 31 de diciembre de 2020, el cual restringe el uso de maíz genéticamente modificado en todo tipo de alimentos para consumo humano.
“Posteriormente, se pretendió acotar esta medida mediante un segundo decreto publicado el 13 de febrero de 2023, el cual aclara que el uso del maíz modificado genéticamente se restringe inmediatamente para la alimentación humana mediante nixtamalización o la elaboración de harina, y de manera gradual para su uso industrial en la producción de productos destinados a la alimentación humana y animal”, recordó la ICC.
El pasado 2 y 9 de junio los gobiernos estadounidense y canadiense pidieron consultas para encontrar alguna solución mediante el diálogo, pero de no haberlo, las reglas del Tratado de Libe Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) permiten iniciar un panel de expertos que resuelva la diferencia.