Por Víctor Barrera
A 15 meses de llevarse a cabo el cambio de presidencia, nadie podrá negar que este sexenio está realmente perdido y aun cuando el tabasqueño pretenda manifestar lo contrario con sus “otros datos” la realidad se siente en la economía de las familias, los altos índices de violencia y el malestar en una mayoría de la población.
Pero esto no quiere reconocerlo de manera pública el tabasqueño y sigue buscando las formas para mantener a costa de lo que sea, aun cuando en ello vaya la estabilidad económica del próximo sexenio.
Por el momento sigue justificando sus derrotas, como lo es el alto índice de violencia al señalar que esto es producto de una “mala herencia” de las administraciones anteriores, pero no entiende que su responsabilidad, para solventar el problema, fue desde el primer día de su mandato.
Tuvo que reconocer que el número de homicidios dolosos superó al total que tuvieron los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en seis años, pero insistió en la “mala herencia”.
Aunque sabe que su política de “abrazos y no balazos” fue un rotundo fracaso y que sus secretarios de Seguridad solamente han sido floreros en la espera de ser colocados en algún otro puesto, como sucedió con Alfonso Durazo, a quien ante la apatía para realizar su trabajo se le otorgo el gobierno de Sonora, donde los problemas se le han multiplicado y no a encontrado la fórmula para resolverlos.
En tanto la actual secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, solo espera que sea Claudia Sheinbaum quien gane la contienda presidencial, para posiblemente repetir en el puesto. Donde poco o casi nada ha realizado para disminuir los altos índices de violencia en el país.
En materia económica, López Obrador tampoco ha dado los resultados esperados y ante una falta de una política pública en la materia, el sector secundario del país, ha perdido dinamismo y simplemente se han mantenido en ser proveedores de mano de obra barata para las grandes empresas internacionales, esto también derivado de una estrategia publica aplicada al desarrollo de ciencia y tecnología en México, porque a decir de López Obrador, “la ciencia y tecnología solo sirven para crear armas”,
Esto provoca también un cisma en las finanzas públicas y quienes han estado al frente de la secretaria de Hacienda, ya van tres encargados de ella, no han logrado convencer al tabasqueño que, ante la falta de estrategias fiscales y una reforma hacendaria, la única forma de allegarse recursos es “torcer la mano” a las grandes empresas o ampliar al padrón de contribuyentes por eso se creó la obligatoriedad que todo joven mayor de edad debe inscribirse en este padrón.
Sobre la creación de empleo en México, las cifras lo dicen todo, una gran parte de mexicanos que no encuentran un trabajo adecuado en remuneración y tiempo prefieren salir hacia el país vecino del norte o hacia otras naciones, para poder enviar recursos, remesas, a sus familiares.
Pero los que se quedan se enlistan en la informalidad para, trabajar menos tiempo, obtener recursos importantes y evadir el pago de impuestos como es el ISR.
Así observamos que México entro en un periodo donde las cosas fueron empeorando, pero existe la posibilidad de cambiar el rumbo a partir de los comicios de este año y particularmente en el 2024.
Este año porque está en juego el gobierno en el Estado de México, que tiene como característica que es el estado con el mayor padrón electoral y si se suma con el padrón de la CDMX, pueden otorgar cierta seguridad de que la alianza que las gane, prácticamente tiene la presidencia en la bolsa.
Esto lo sabe López Obrador y por ello busca ganar la presidencia para su partido y alianza, porque el poder cuando se prueba es difícil quererlo dejar.