Por Víctor Barrera
México, desde hace cinco años cayo en un dialogo que no nos ha llevado absolutamente a nada y hemos perdido de vista el objetivo principal que el país tenga un desarrollo equitativo para después alcanzar una calidad de vida mejor basado en la capacidad del Estado para responder a todas las necesidades y problemáticas que se viven.
A cambio de ello solo hemos observado, como desde la tribuna del titular el ejecutivo, sus conferencias de cada mañana, solo se ha denostado y calificado a quien no piensa igual que él.
Esto ha impedido que se llegue un acuerdo entre los sectores, público y privado, para trazar una estrategia que nos llevará a crecimientos anuales por encima del 6 por ciento.
Es cierto que la pandemia del covid, fue un factor negativo para el desarrollo de económico de todo el mundo, pero también represento esa oportunidad, que se dejó pasar, para alcanzar eses acuerdo, que mantuviera un sector secundario fortalecido y un primario con las ventajas de producción favorables.
En cambio, observamos una dolarización social más profunda, alentada, repito, desde las coherencias de cada mañana, como si México solo tuviera dos opciones, cuando en tiempo de crisis las oportunidades se presentan de diversas maneras, pero para consolidarlas era necesario que todos camináramos con un solo objetivo.
Ocurrió todo lo contrario, este gobierno descalifico también todo lo realizado en anteriores gobiernos, pero no entendió que, al perder el tiempo en estas descalificaciones, restó importancia a sus políticas públicas y estrategias para establecer “el cambio “prometido.
El gobierno intento echar la culpa a otros factores, aun cuando su responsabilidad es dar resultados para asegurar un bienestar social, a través de e sus políticas públicas, que son de este gobierno y nadie más es responsable de ello.
El otro factor determinante, es que ante la veleidad de mantener la notoriedad de quien ejerce el poder Ejecutivo, también menosprecio el trabajo de su gabinete, colocando a muchos de ellos en simples «floreros», sin la oportunidad de demostrar sus capacidades, cayendo en el calificativo, “porque es amigo o amiga del presidente está en ese cargo”.
Es ciento que, dentro de una confusión colectiva, cada grupo busca imponer sus intereses particulares, que principalmente se basan en obtener poder y por supuesto más dinero.
Esto dejo como consecuencia que no hubo aportación de parte de los partidos políticos y sectores productivos para mejorar no solo el ambiente social, sino también el económico y navegamos de acuerdo a como las aguas internacionales lo hacían, sin reflexionar si era algo que convenía al país. Porque nunca supimos que objetivos alcanzar.
Es por ello que este 2023 y 2024 es una oportunidad más para analizar las propuestas, la apertura para crear un gobierno incluyente, donde no solo la mayoría sea quien decida, sino exista esa oportunidad de buscar los acuerdos suficientes para establecer entre todos el objetivo principal que es el desarrollo económico, social y político del país, para el bienestar de todos.