Por Víctor Barrera
El sueño del Tabasqueño, inquilino de Palacio Nacional, se hará realidad, porque pasará a la historia, pero como el peor presidente de México.
Esto porque cada mañana se despierta, quizás pensando en cómo destruir más a México, porque no pasa un solo día que este señor ponga en mayores problemas la estabilidad económica, política y social de nuestro país.
La insensatez parece que le aflora cada día y dentro de su equipo, no hay nadie que le señale que sus declaraciones y decisiones no hacen nada bien a México y en nada contribuyen para mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos.
Probablemente porque todos ya conocen que el tabasqueño se mueve más por la venganza que por otra cosa y no quieren ser parte de esas personas que califica como adversarios y hasta traidores a la patria. Porque saben que podrían ser objetivo de la furia de sus seguidores, que lamentablemente como “borreguitos” le siguen, aplauden y veneran al de Macuspana, sin saber que las acciones de este señor hacen también daño a estos seguidores de “obediencia ciega”.
Realmente es algo que, si no lo vemos, no lo concebimos, porque uno pensaría que el ser humano tiene la capacidad de alejarse y evitar todo eso que lo dañe, pero en México parece todo lo contrario.
A solo quince meses de dejar el puesto anhelado por muchos años, todo indica que viviremos cada día, semana y mes con la preocupación de que otra decisión o declaración nos lleve más raído a una crisis económica nacional en el próximo sexenio.
Ayer nuevamente declaro algo que no puede ser realidad, el tabasqueño dijo “tenemos dinero” la esbozar la idea de comprar Banamex, para que el gobierno la administre.
Estas declaraciones no hacen más que sustentar la idea de que el tabasqueño quiere tener un poder mucho mayor al de sus antecesores cercanos, Pero no entiende que el gobierno no puede ser una empresa, y así ha quedado demostrado en los años 70 donde la gran mayoría era producido por el gobierno federal, sea fondeando o dueño de empresas. Se entendió también en la nacionalización bancaria, donde pocos salieron ganadores, los banqueros y los deudores, entre ellos Gerardo Fernández Noroña, hoy opositor a Fobaproa pero beneficiario de este.
López Obrador durante estos cinco años al frente a realizado acciones que perjudican más a la estabilidad económica de México, y así tenemos en las cuentas por pagar, sus megaobras, el pago de indemnización a Iberdrola, el que se debe realizar a Grupo México por “expropiar” las vías del tren, loas mas de 500 expropiaciones que se ha realizado en su administración, a decir del mismo López Obrador, dinero que hace falta en los sectores productivos
Porque de haber apoyado al sector agropecuario, no estaríamos importando productos que se siembra en el país, como maíz, trigo, arroz, fríjol y otros productos, Sino se hubiera invertido en el tren maya, la refinería Dos Docas y el AIFA, tendríamos un sistema de Salud que cubriera al ciento por ciento las necesidades de la población del país, con medicamentos e instrumento, tecnología personal médico.
Además, se aplicarían recursos para el desarrollo de la ciencia y tecnología que mucho hace falta en el país.
Se podría haber apoyado a los sectores industrial y de servidos y comercio para abrir fuentes de empleos, que generaran productos y por supuesto compra de ellos y pago de impuestos, para canalizarlos al sistema de jubilación y pensiones.
Mantendríamos guarderías cercanas a los hogares de las madres que tiene que salir a trabajar o escuelas con una dotación segura de alimentos para los niños que acuden a ellas, sea de tiempo normas o tiempo completo.
La inseguridad y la informalidad laboral bajarían de manera importante, por lo que la violencia se iría minando.
Sin embargo, tenemos aun país inestable, con mayor número de pobres que compra a través de los programas sociales, para que voten por Morena y muchos nuevos ricos que pertenecen o comulgan con las ideas de López Obrador.
Ojalá este proyecto de la 4T culmine ya para que México vuelva a ser libre y permita que la democracia nos lleve hacia delante y no atrás como en este sexenio.