Por Víctor Barrera
México, sin duda, ha sido el país más sacrificado en cuanto a su crecimiento económico, por intereses personales de quienes detentan el poder. Primero porque durante muchos años, el PRI, busco la manera de otorgar riqueza entre sus militantes, pero afortunadamente se invertía en la creación de organismos e institutos que más o menos apoyaban el mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos.
Luego durante las dos administraciones del PAN, las malas decisiones administrativas nos estancaron en el desarrollo tecnológico, no así en el crecimiento. Que se baso más en mano de obra barata y la entrada de remesas.
Ahora en esta administración, autonombrada de la 4T, los resultados serán negativos y con efectos de largo plazo para poder recuperarnos.
Los caprichos del inquilino de Palacio Nacional se empiezan a convertir en lastres bastante caros. Algunos como los del sector energético serán tan pesados que le van a costar al país perder décadas de desarrollo, principalmente por la falta de generación de energía ante la escasa aplicación de recursos financieros.
Además la incertidumbre para invertir en el país seguirá prevaleciendo si no se cambia de régimen, es decir si continua al 4T en al frente del poder Ejecutivo.
Debemos recordar que seguimos teniendo pendiente la decisión que se tome en tribunales internacionales sobre el tema de energía eléctrica, donde nuestros socios comerciales Estados Unidos y Canadá interpusieron paneles de controversia para que México recapacitara en la modificación de Ley energética, algo que podría convertirse en un incremento de aranceles, impuestos, a nuestras exportaciones
Además de no haber inversiones en este sector, los recursos públicos serán insuficientes para construir la infraestructura adecuada para generar energéticos con costos y precios bajos para la población, Esto implica que el gobierno deberá seguir subsidiando los costos de luz, y gasolinas para evitar que la inflación se dispare por encima de los dos dígitos.
Esto seguirá provocando que a pesar de manifestar que se “trabaja” para los más pobres en México, la equivocación de prioridades en el gasto público solo ha dejado carencias para los más pobres sobre todo en salud, alimentación y educación.
Porque hasta el momento a esta 4T le importa más sus estrategias “asistencialistas”, con mayor dividendo electoral, que mejoramiento en la calidad de vida de los mexicanos.
Porque ante mayor hambre e ignorancia, mayor será la rentabilidad electoral, soltando “migajas” en programas sociales a la gente. De ahí que este gobierno diga que trabaja para los pobres, es decir, para hacer más pobres.