Por Víctor Barrera
Los mexicanos empiezan a abrir los ojos y observar que la administración de López Obrador, será la que dejará peores resultados, por lo que se deberá decidir un cambio inmediato para evitar que este mal se enquiste y se quede por varios años, décadas, al frente del poder Ejecutivo.
Y este cambio deberá empezar desde los comicios de este año, en el Estado de México y en Coahuila, con el objetivo de advertirle al inquilino de Palacio Nacional que ya no aguantaremos más un gobierno de ocurrencias, pendenciero y que esta anclado en un mundo anacrónico.
Es cierto que existe aun un gran número de seguidores del tabasqueño, pero estos mismos van quedándose sin elementos para defender el actuar de este gobierno federal, que ha mostrado que para administrar, gobernar, una nación, es indispensable un poco de conocimiento de las cosas y rodearse de verdaderos hombres con vocación de servicio y no simplemente de aduladores que a todo lo que realiza este gobierno asienten y aplauden.
Es cierto que México requiere de una persona que lleve a buen puerto al país, pero este debe será a través de acertadas decisiones a favor de la población y no de un solo grupo de personas.
Lamentable esta administración federal, la del “cambio”, solo mostró desde el inicio del sexenio la confusión y precipitación, a través de caprichos, para administrar al país, utilizando viejos caminos que se crearon en las década de los 70 y 80 del siglo pasado.
Se intento un populismo, donde se engaño a la gente que se trabajaría por los pobres, y hasta ahora se ha incrementado en 4 millones de personas el número de ellos en el país.
Se señalo que creceríamos a tasas de 6 por ciento, pero nunca se establecieron políticas públicas para respaldar y fortalecer los sectores productivos del país. Se intento cerrar áreas estratégicas de desarrollo económico como es el energético y solo se crearon problemas con nuestros socios comerciales, los cuales podrían salir muy caros y a largo plazo para finiquitarlos.
Se intento fortalece empresas productivas del Estado, como Pemex y la CFE, y se han convertido en verdaderos barriles sin fondo, porque por más dinero que se les inyecte, la mala administración de estas empresas siguen arrojando números rojos.
Se hablo de autosuficiencia alimentaría y se creo el organismo Seguridad Alimentaría Mexicana, (Segalmex) que se ha convertido en una empresa plagada de corrupción y poco ineficiente para garantizar que los alimentos básicos lleguen a las mesas de las familias mexicanas a precios bajos.
Se dijo que se negrearía al ejercito a sus cuarteles y se ha militarizado el país: El ejercito se encuentra realizando actividades de construcción, y administración que no corresponden a sus funciones principales.
Se manifestó que se construiría un sistema de salud similar al de Dinamarca, pero esto solo se ha aplicado para los hijos del tabasqueño y no para la población en general, porque “el pueblo sabio” sigue sufriendo la falta de personal, equipo medico y medicamentos.
La característica de esta administración federal ha sido la mentira y la corrupción, que empiezan a mostrarse y colocan a este gobierno en un camino perdido ante las expectativas generadas con promesas que no se logran y un desencanto de la gente, del electorado, que se pretende mantener con programas sociales o modificando la estructura democrática que había empezado a dar resultados, para volver a un gobierno autoritario y dictatorial.
Afortunadamente restan menos de 18 meses para que los mexicanos ejerzamos el voto y cambiemos a través del rumbo del país.