Por Víctor Barrera
Es probable que para muchos haya quedado claro que López Obrador quería asumir el poder Ejecutivo en el país, para no dejarlo y con ello pasar a la historia. Y esto es lo que ha empezado a establecer a través de sus propuestas de reformas a las leyes secundarias de la Ley electoral que le permitirá tener a personas cercanas a él y que simpatizan con su forma de pensar como consejeros dentro del Instituto Nacional Electoral (INE).
Y aun cuando la oposición ha logrado detener este capricho del tabasqueño, es un hecho que el tiempo para elegir a cuatro consejeros electorales se agota, y de no ponerse de acuerdo entre los legisladores, se tendrá que realizar la última instancia para ello que es la insaculación.
Ya completado el número de consejeros electorales, esto le permitirá entonces al gobierno de López Obrador, prácticamente organizar, vigilar y calificar los comicios federales del 2024, lo que nos lleva a pensar que el ganador será precisamente la alianza de Morena con PT, PVEM y partidos políticos que se adhieran a ella.
Sin embargo, la falta de resultados ha creado una masa de electores que están desencantados porque el macuspanenese no ha logrado completar de manera correcta una de sus tantas promesas.
Quizás por eso la preocupación de López Obrador, de que esa masa siga creciendo y al salir esa mayoría a votar no logrará su objetivo de dejar a alguien “a modo” como sucesor.
Por eso sigue en campaña, prometiendo, y mintiendo, sobre su sistema de salud similar al de Dinamarca, la autosuficiencia alimentaria, a pesar de que Segalmex, se ha convertido en el nido más importante donde la corrupción sigue imperando, o se afirma que se llegará a la extracción de casi 3 millones de barriles diarios de petróleo, o la gasolina y los combustibles bajaran de precio.
Habla siempre en futuro y no en presente porque esto le permitirá en los próximos meses argumentar que el pueblo “sabio” quiere que se quede.
López Obrador no quiere irse, quiere seguir mandando y por eso busca que su proyecto “transformador” continúe en otras personas que pueda manipular. Por eso afirma que sus adversarios no ganarán, no importa qué hagan.
Afortunadamente no se puede engañar a todos todo el tiempo, y los plazos sí se cumplen. A menos de 18 meses culmina su mandato y tendrá que retirarse.
Es aquí donde sale a relucir el verdadero valor del voto, donde todos aquellos que así lo deseen tendrán que salir a sufragar para evitar que esta forma de mal gobierno continúe.