Por Víctor Barrera
El quebranto de Silicon Valley Bank (SVB), que se ubicó en pocos años en lugar décimo sexto por tamaño y por la cantidad de recursos monetarios que manejaba, mostró una vez más la necesidad de que exista mayor regulación hacia estos institutos que buscan obtener mayores ganancias con los créditos que otorgan.
Es cierto que las circunstancias de elevadas tasas de interés motivo que este banco buscara invertir los recursos que reciben de sus ahorradores y convertirlos en plusvalías importantes, Pero ante el crédito caro, se dejaron de percibir recursos y esto provoco que no entregaran los intereses suficientes a sus ahorradores provocando una salida masiva de ellos y por supuesto la descapitalización para hacer frente a sus compromisos.
Afortunadamente las autoridades de Estados Unidos aplicaron una política para proteger a los ahorradores del banco y no al Banco, lo que ha motivado que la preocupación de que la quiebra cundiera en otras instituciones bancarias se fue minimizando.
Esto deberá ser una lección para todas las naciones sobre como regular el funcionamiento de su sistema bancario para evitar caer en una crisis como consecuencia de una quiebra crediticia.
Esto también, en el caso particular de México debe poner en alerta nuestras autoridades para que la Comisión Nacional Bancaria de de Valores (CNBN) que es el organismo regulador de la banca en el país, evite ser laxa en sus regulación y aplicación de sanciones para que no suceda un acontecimiento como del SVB.
Sin embargo, si habrá en México, algún impacto como consecuencia de la quiebra de SVB y es una caída en el crédito dentro de Estados Unidos que afectará los planes de inversión de algunas empresas que tienen filiales o inversiones en nuestro país.
Además podría motivar una desaceleración en el crecimiento de la economía de Estados Unidos, una recesión, lo que impactará de manera directa a nuestras exportaciones.
Es probable que en la próxima reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos, el próximo 22 de marzo, se decida aplicar solo un incremento en sus tasas de interés de 25 puntos base, lo que implicará menor compra e documentos del gobierno de Estados Unidos y la baja de inversión del mismo.
Otro impacto, en México, es la muestra clara de que el peso “fortachón”, es muy sensible ante variaciones importantes y así se demostró en tan solo cinco días, cuando el jueves pasado la paridad de nuestro peso alcanzó los 17,20 pesos por dólar y ayer ya se ubicaba en 19,06 algo que represento una depreciación de 6 por ciento para nuestro “fortachón”, colocándolo como la moneda mas depreciada en el mundo.
Esto deberá provocar que nuestras autoridades se ocupen en el fortalecimiento de los fundamentales de nuestra economía junto con la solidez fiscal para evitar que al final del sexenio caigamos en crisis económica, por la falta de crecimiento económico, creación de riqueza y una paridad cambiaria solamente sostenida por la entrada de remesas y no por inversiones.