Por Víctor Barrera
El anuncio oficial, de ayer, de la instalación de la Giga planta de Tesla en Nuevo León, permitió que nuestro peso siga apreciándose frente al dólar y llego a niveles de 18.09 con lo que sigue sorprendiendo a todo el mundo esta fortaleza,
Sin embargo, deberemos tomar estos acontecimientos con precaución para evitar manifestar que México se encuentra en la etapa de esplender y que esto es derivado de lo que se hace actualmente en el gobierno federal.
Es cierto que el permitir la instalación e esta mega planta traerá inversión a nuestro país, de arranque serán cinco mil millones de dólares, tan solo para construir la planta.
Pero tanto el gobierno estatal y el federal deberán ser recíprocos a esta inversión aplicando recursos para ofrecer condiciones adecuadas en infraestructura y servicios que permitan no solo el crecimiento de la empresa, sino de toda una zona económica donde se instalen los proveedores directos e indirectos para la planta.
Entonces debemos señalar que esto tendrá por lo menos un tiempo de dos años desde la colocación de la primera piedra hasta el término de la planta para ponerla a funcionar, por lo tanto el gobierno federal deberá seguir trabajando para atraer más inversiones.
Con esto, el fortalecimiento de nuestro peso deberá estar alejado de la debilidad del dólar a causa de la debilidad de la economía de Estados Unidos, o porque los mexicanos, al no encontrar un empleo para resolver los problemas de la economía familiar, emigren hacia Estados Unidos inundando de dólares nuestra economía a través de las remesas.
El verdadero fortalecimiento de nuestra moneda debe estar basado en el crecimiento real de nuestra economía y la participación de mayor capital privado para desarrollar infraestructura, tecnología y servicios en nuestra nación, además de ofrecer empleos bien remunerados a los mexicanos.
De esta manera entonces si podremos manifestar que el peso esta “fortachón” y que no es consecuencia de la especulación sobre el crecimiento o caída de nuestra economía.
México está en la antesala de su mejoría económica, producto de la apertura comercial que empezó en los años 90 del siglo anterior con la firma de los acuerdos comerciales con Estados Unidos, es decir con el liberalismo que tanto odia Andrés Manuel López Obrador.
También la aceptación de un Banco Central autónomo, que fuera el complemento para evitar las tan recurrentes crisis financieras que se veían cada sexenio y por supuesto una libre flotación de nuestra moneda.
En términos sociales y políticos la construcción de organismos autónomos y “ciudadanizados” para vigilar que el gobierno en turno se sobrepasar de sus facultades constitucionales, entre ellas la aparición del IFAI ahora IAI, IFE, ahora INE, el CRE, la IFT, el INEE, la Cofece entre otros.
Todo esto se construyó por varios años y empiezan a dar resultadlos, esperemos que no se caiga por una ilusión y no se sepa, nuevamente, administrar la riqueza.