Por Víctor Barrera
México sigue sumido en gran problema de pobreza, pese a que los programas sociales han incrementado el monto del recuso que se otorga y el numero de beneficiados.
Sin embargo ante una opacidad en el padrón de cada uno de los programas, estos simplemente se convierten en herramientas electoreras u no en verdaderos apoyos para sacar de la pobreza a quienes los reciben.
De acuerdo a los datos mas recientes que ofrece el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), entre el 2018 y el 2020 casi 11 millones de personas se sumaron a un nivel de pobreza donde no tuvieron lo mínimo indispensable para comer.
Se apunta también que en 2018 el 20.9 por ciento de los más pobres recibían algún programa social y para el 2020 solo fueron 13.3 por ciento de los más pobres los que recibieron algún tipo de ayuda.
Entonces, a pesar de que siempre se señala que este gobierno federal trabaja para los pobres, los resultados no son los óptimos para afirmar la aseveración.
Esto significa que el gasto social no ha tenido un destino certero para enfocarse de manera concreta en esos sectores más desprotegidos, porque no solo debe medirse el porcentaje del presupuesto que se destina a través de estos programas, sino si en verdad son un verdadero apoyo para que la gente supere sus niveles de pobreza.
Porque más allá de las transferencias directas de recursos que se realicen, aun existen otros factores que no se han desarrollado para cumplir con la protección a esos sectores como son la asistencia de salud, educación y lo principal una justicia real en la aplicación de leyes.
Así que la política social de este régimen solo ha sido una político-electoral, que permite comprar voluntades que se derivan en votos para mantener el poder.
El Informe de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022 tomarse como un foco rojo en términos de desarrollo humano, porque hasta ahora todo indica que los programas sociales han perdido los objetivos principales por lo que fueron creados y se convirtieron en la mejor herramienta para mantener cautivo a un numero importantes de votantes.
Los mexicanos no podemos seguir permitiendo que la clase política, esta que se dice de la Cuarta Transformación, siga privilegiándose del uso electoral de los programas sociales y no se preocupen por convertirlos en programas de desarrollo humano.
Lamentablemente los resultados de este informe de Evaluación nos muestran la realidad de México y porque apunta que entre el 2018 y 2020 el porcentaje de personas en situación de pobreza pasó de 41.9 a 43.9 por ciento de la población, que significan que casi 4 millones de personas más que regresaron a esa condición.
Debo señalar que este gobierno equivoco el camino para sacar de la pobreza a la gente, porque se dedico en los primeros años a destruir instituciones que apoyaban a mucha gente, y que por supuesto tenían presupuestos federales, para ocupar esos recurso en la construcción de las mega obras de López Obrador.
No es posible auditar la aplicación del gasto público a través de los programas sociales del régimen, pero los datos del Coneval sobre el aumento de la pobreza se puntualizan cuando también se señala que muchos recursos fueron también para el decil de más altos ingresos.
Este fracaso lo ha percibido López Obrador, que al conocer que en tan solo dos años, se perdió la incondicionalidad de la gente para votar en su proyecto, como lo que ocurrió en el 2021, por es por ello, que ahora prende con “politiquerías”, recuperar esa incondicionalidad.
Pero casi cuatro millones más de pobres en esos dos años y 11 millones más de personas con hambre probablemente no votaran más por Morena, porque se han dado cuenta que no se han convertido en el cambio prometido, sino todo lo contrario.