Por Victor Barrera
Esta semana se definirá en el Senado de la República la aprobación o no del Plan B, que modifica algunas leyes secundarias de nuestra Ley electoral y que para muchos nos inquieta porque nos reduce a simple espectadores para los próximos comicios a celebrarse en el 2024.
Por ello es importante insistir en la defensa de nuestras libertad política, para poder escoger a nuestros gobernantes y económica para mantener una gama de oportunidades para escoger a quien comprar y mejores servicios.
Además la oportunidad de aceptar inversiones, de cualquier nación, para establecer en nuestro país mas fuentes de empleos, pero de aprobarse como esta, aun nos queda que el poder Judicial, es decir, la Suprema corte eche hacia atrás estas modificaciones, por ser inconstitucionales.
Debemos entender que de aprobarse el Plan B, nuestros derechos políticos y la democracia en la cual vivimos ira cambiando a un régimen autoritario.
Todo indica que el inquilino de Palacio Nacional quiere volver a aquella época en la historia de México donde el poder presidencial era omnipotente, uno en donde prácticamente no tenía límites ni había un sistema efectivo de rendición de cuentas.
Pretende que sea el Estado el único proveedor de servicios, quitando la competencia y que la gente se conforme con lo que el estado pueda otorgarle.
Se le olvida que la libre competencia y la inversión privada forman parte fundamental de una economía sana, donde con leyes y reglas claras, se permite generar riquezas, pero no explotar de manera inmisericorde las riquezas del país.
México ha experimentado, con buenos resultados una democracia política que han dado como resultado épocas de crecimiento económico importantes.
Se le olvida al tabasqueño que un buen gobierno crea arreglos políticos donde todas las partes salen beneficiadas y no se impone una estructura monopoliza, donde nadie quiere participar con un Estado que maneja números rojos.
Todo esto otorgo a México grandes oportunidades para firmar acuerdos, a alianzas y tratados comerciales en un mundo globalizado que implica el crecimiento de nuestras exportaciones, una producción mayor y una estabilidad de precios.
Caer en un proteccionismo económico, como fue en la época del Echeverría y López Portillo, solo alimento el crecimiento de la corrupción, algo que hizo y ha hecho daño a nuestro país.
Al parecer López Obrador pretende crear una nueva oligarquía política, donde, lamentablemente, se mueven más por la venganza.
Entonces con una modificación a nuestros derechos políticos, nos convierten en casi rehenes de esa oligarquía, que decidirá quien gana en los comicios y la opacidad del manejo de los recursos públicos se hace mas intensa.
Desde el 2018 cuando López Obrador asumió el poder ejecutivo demostró que no es un liberal y mucho menos humanista, como ha pretendido hacerlo creer.
Su intención de un gobierno proteccionista, de encabezar un movimiento donde se admira a gobiernos dictatoriales que atropellan los derechos humanos e individuales de sus pobladores, nos muestra el rumbo que puede tener México de ganar morena la presidencia en el 2024.
Es por ello que aun esta en nuestras manos evitar este camino, y salir a defender nuestros derechos electorales, y económicos. En los comicios los ciudadanos del Estado de México y Coahuila deberán decidir si quieren este régimen en sus estados. Pero a todos los mexicanos nos tocará decidir en el 2024, si queremos que México retroceda en varios aspectos o rescatar esos derechos que aun tenemos