Por Víctor Barrera
Aun cuando este año las cifras de la macroeconomía señalen que México alcanzó un crecimiento de más de 2,5 por ciento, esta cifra que no refleja la realidad que se vive en el país.
Porque, lamentablemente, mantenemos los mismos problemas y algunos de ellos son mas acentuados como la inseguridad y la corrupción.
Y esto es un malestar que esta llevando a su límite la paciencia de los mexicanos, Es por ello que existe una gran posibilidad que en los comicios del 2024, se decida sacar a Morena de la presidencia de la republica, para pensar en una alternativa que enderece el rumbo del país. Aunque esta alternativa todavía no la representan los partidos de oposición.
El inquilino de Palacio Nacional, quien mantiene sus sueños de sentirse rey, entiende el malestar y por ello hará, junto con sus “empelados”, todo lo posible para mantener la continuidad de su proyecto.
Buscará ser juez y parte en el proceso electoral y con ello asegurar su triunfo, tal y como lo hizo el PRI durante 70 años, por lo tanto esto es una prueba que no hubo cambio, en materia política en el país, sino solamente retrocedimos en ello.
La democracia, para el tabasqueño y sus “empleados” es que ellos deben ganar y si pierden, han empezado a sembrar la desconfianza de la gente inyectando frase como “los conservadores quieren regresar por sus fueros”, o “esos fifí que solo obedecen las ordenes del imperialismo”.
A esto se suma la politiquería populista del tabasqueño, que sintiéndose Mesías, pretende seguir engañando a la gente a través de hacerse victima ante esa oposición conservadora que conspira con Estados Unidos, los cárteles de la droga, el sector empresarial, lo medios de información, la clase media “apiracionista”, para detener el cambio.
A cambio seguirá gobernando solamente de saliva, sin mostrar resultados positivos. Seguirá insistiendo en ese México que solamente existe en su imaginación, y no vera la realidad de millones de mexicanos que cada día salen a buscar los ingresos suficientes para, por lo menos, otorgar los alimentos necesarios a su familia.
Insistirá que, en su mundo, la corrupción se acabo, pese a que cada día existen ejemplos claros que eso es una mentira. Buscará seguir ocupando las conferencias de cada mañana para seguir culpando a todos de su ineficiencia para gobernar y para administrar las riquezas del país.
Mantendrá su narrativa de que existe un grupo que quiere desestabilizar su gobierno a través de sabotajes en el Metro, atentados contra periodistas y por ello insistirá en la necesidad de que la Guardia Nacional, ya perteneciente al Ejército patrulle las calles del país.
Reiterará que la mejor manera para combatir la inseguridad es con “abrazos y no balazos”, aunque su sexenio será el de mayor número de muertes por la violencia, además será el que mayor territorio nacional cedió a los grupos del crimen organizado. Hasta ahora controlan el 30 por ciento del territorio nacional.
Entonces estos 18 meses que le quedan al frente del poder Ejecutivo seguirán con la rutina de solo aparecer por la mañanas, y esconderse en las horas restantes, de vez en cuando viajar a los estados del país, para cobijar a sus “empleados”, pero nada de un trabajo que de resultados positivos.
Este sexenio dejara incertidumbre económica, mayor deuda, menos empleos y mayor pobreza, por eso quiere continuar para seguir siendo el rey en tierra de pobres.