El republicano Kevin McCarthy, de 57 años, fue elegido hoy como el 55 presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, luego de una lucha histórica de cinco días y 15 votaciones –la mayor cantidad desde antes de la Guerra Civil–, con lo que tendrá una enorme influencia en la política nacional.
McCarthy se abrió camino hacia la victoria al llegar a un acuerdo que convenció a un contingente considerable de legisladores ultraconservadores republicanos en las votaciones 12 y 13, realizadas ayer, y luego desgastó a los restantes reticentes en una tensa sesión nocturna, y finalmente ganó con una mayoría escasa. El recuento final fue de 216 para McCarthy contra 212 para el representante Hakeem Jeffries, en una jornada en la que todos los republicanos votaron “presentes”.
Las concesiones a las que accedió, que él detalló en una conferencia telefónica del partido, disminuirían considerablemente el poder de su función y crearían un ambiente difícil de manejar en la Cámara, donde el estrecho margen de control republicano y el apetito de la facción de derecha por el desorden ya auguraba un control volátil.
Ayer, McCarthy se había ganado a más de 15 de los 21 republicanos que habían desertado, y presionó durante la noche para obtener más conversos, un cambio notable cuando parecía encaminado a la derrota. Su camino fue angosto hasta el final; sólo unos pocos de los seis reticentes restantes se consideraron abiertos a seguir negociando.
Las reñidas votaciones entre los republicanos demuestran lo difícil que sería para él gobernar al contar con una facción empeñada en recortar gastos e interrumpir los negocios en Washington. La lucha por la presidencia sugirió que las tareas básicas, como aprobar proyectos de ley de financiamiento del gobierno o administrar la deuda federal, provocarán batallas épicas durante los próximos dos años que durará en el cargo.
McCarthy, después de una humillante votación fallida y de ceder a una lista cada vez mayor de demandas de sus oponentes para asegurar el puesto, negó que el proceso presagiara alguna disfunción.
“Me alegro de que haya terminado”, expresó el republicano después de asegurar los votos para ganar el puesto de orador para el que ha estado trabajando toda su carrera. Cuando se le preguntó qué sucedió al final de la votación número 14 entre él y el republicano de Florida, Matt Gaetz, se encogió dehombros y agregó: “Nada; quiero decir, terminamos empatados y él pudo hacer que los demás votaran ‘presentes’”. Aseguró que “debido a que tomó tanto tiempo, ahora aprendimos a gobernar”.
La pelea en el pleno se prolongó durante la mayor parte de una semana, el lapso más largo desde 1859, y paralizó la Cámara incluso antes de que abriera su sesión, y los legisladores fueron despojados de sus acreditaciones de seguridad porque no podían prestar juramento como miembros oficiales del Congreso hasta que se eligiera un “speaker”. Ahora, MacCarthy es el sucesor de la líder demócrata Nanci Pelosy.
Hakeem Jeffries, líder de los demócratas de la Cámara, entregará el mazo al presidente electo Kevin McCarthy. Jeffries comenzó su discurso con agradecimientos a Nancy Pelosi por su labor en el órgano legislativo, y aseguró que ella pasará a la historia “como la mayor oradora de todos los tiempos”.
El presidente Joe Biden emitió un comunicado felicitando McCarthy por su elección como presidente de la Cámara. “El pueblo estadunidense espera que sus líderes gobiernen de una manera que ponga sus necesidades por encima de todo, y eso es lo que debemos hacer ahora”, destacó.
Con McCarthy electo, procederá a tomar juramento a los 434 miembros de la Cámara para sentar oficialmente el 118 Congreso. Los republicanos anunciaron que esperarían hasta el lunes para considerar un paquete de reglas para ese órgano legislativo, el cual se espera que consagre muchos de los compromisos que hizo McCarthy para ganar su puesto.