Por Víctor Barrera
La necedad de querer mantener su proyecto, más allá de los seis años que la Constitución otorga, hace que el tabasqueño siga cometiendo errores que nos llevan más a la incertidumbre que podría ser muy riesgosa no solo en el ámbito de gobierno, sino también en lo económico.
De por si nuestra economía se ha mantenido con alfileres y cualquier movimiento podría volver a tirarla y caer en una situación de crisis como la que vivimos recientemente en el 2020 y de la cual aún no podemos salir en su totalidad.
Las alegorías que hace el AMLO de su administración están muy distantes de la realidad, porque prometió crecimiento promedio de 4 por ciento, luego de que insistía en que podríamos crecer cada año un 6 por ciento, pero los resultados hasta ahora no promedian siquiera un 1 por ciento por año de crecimiento.
También manifestó que su política de “abrazos y no balazos”, era la solución para regresar al país la paz social, que se había perdido desde la administración de Felipe Calderón. Sin embargo los incidentes delictivos se han incrementado, algo que golpea la certidumbre de todos los mexicanos y de quienes desde el extranjero tenían sus ojos puestos en México para invertir.
Dijo que el neoliberalismo era un factor importante que detenía el crecimiento económico del país y que para gobernar este país no se necesitaba gran ciencia. Lo lamentable es que su política económica que hasta ahora ha aplicado es un fracaso, primero porque las grandes obras están destinadas para que las realice el ejército y las otras obras solo se otorgan a su grupo de amigos, lo que impide que la creación de riqueza y el reparto de ella sea muy reducida.
En cuanto a la administración de la riqueza no ha sido la adecuada, porque ha despilfarrado miles de millones de pesos en sus obras insignias, que no dan muestra de un beneficio público en el corto plazo y estas aun no concluyen en su totalidad y esto representa aun mayor gasto de lo presupuestado, por lo que gobernar al país si requiere de conocimiento y no solo ocurrencias.
Prometió que en su administración serian “primero los pobres” quizás por ello ha incrementado en número de la gente que está en la pobreza, o no se explicó bien al faltarle la última parte de esa aseveración que seria “los pobres de mi familia y amigos”.
Insistió que la corrupción seria eliminada desde “arriba hacia abajo”, como se barren las escaleras, pero la escoba que ha utilizado no ha servido, porque esta sigue enquistada en los altos mandos.
Por esto y otras cosas más podemos decir que esta administración realmente ha resultado un rotundo fracaso y que AMLO si pasará a la historia como el peor de los presidentes de México.
Lo único donde presume el tabasqueño es que el peso este “fortachón”, pero esto no es causa de sus políticas económica, sino de la política monetaria que ejerce el Banco de México, que hasta ahora se ha mantenido autónomo y no ha permitido presión del ejecutivo para aplicar esta política restrictiva, pero que mantiene a nuestra economía a flote.
Y por otra parte a la gran entrada de divisas que llegan a nuestro país a través de las remesas que envían mexicanos a sus familiares. Mexicanos que tuvieron que abandonar el país, porque no encontraron trabajo y salarios dignos para llevar a su casa, a causa de una política laboral inexistente, una económica que no promueve la creación de empleos.
El tener un peso con una apreciación frente al dólar beneficia más a quienes tiene relación comercial con otras naciones y que lo utilizan en sus actividades, pero para lo que vivimos en México, las cosas se pagan en pesos y la compra al interior del país del dólar no es algo que pueda presumirse, y cambiado a pesos sufre los mimos ataques de lata inflación y elevado costo de los productos.
Entonces, esta fortaleza del peso desaparece ante los resultados negativos de su administración, donde la peor amenaza son sus caprichos, su poco conocimiento de cómo administrar un país, de entender que los recursos públicos no son su cartera personal, pero lo más importantes es que no puede cerrar la economía mexicana ante un mundo globalizado, porque tampoco tenemos la suficiente infraestructura para tratar de ser autosuficientes en cualquier sector productivo.
Afortunadamente le faltan algunos meses para que se termine este sexenio y espero que los mexicanos abramos los ojos y no permitamos seguir engañándonos por un falso Mesías, que vino a destruir en pocos meses lo que ha costado muchos años.