Por Víctor Barrera 

Es cierto que la mayoría de los políticos solamente hablan de promesas, pero casi nunca las cumplen, sin embargo, el mantener toda una vida de mentiras es algo que es realmente enfermo y que perjudica a muchas personas y esto es lo que está pasando durante este sexenio donde el titular del poder Ejecutivo no ha tenido la capacidad de establecer políticas públicas con objetivos claros y solo aplica ocurrencias para esperar que estas den resultado. 

Este martes, el tabasqueño reitero que para el 2023 tendremos un sistema de salud igual al que se tiene en Dinamarca, algo que por lógica simple es imposible que se establezca en nuestro país, cuando la corrupción sigue imperando y en este sistema en particular no se ha disminuido sino al contrario va en aumento. 

Se entiende que la desesperación del oriundo de Macuspana de seguir perdiendo el nivel de popularidad y que posiblemente en el 2024, ninguna de sus “corcholatas” pueda retener la presidencia de la república, y esto provocaría que su sucesor realice las investigaciones correspondientes para saber de que forma  y si se cumplió en forma  legal  todo  los recursos  públicos gastados por el tabasqueño. 

Aquel que ha señalado en muchas ocasiones “que el movimiento es él”, esta consciente que su proyecto  no ha dado los resultados  prometidos  por lo que el seguir mintiendo al “pueblos sabio” es la única salida que encuentra, porque las frase desgastadas de que  la culpa es de los neoliberales, de los fifis, de los aspiracionistas, de los conservadores de los complotistas, ya no son sostenible porque ya estamos en su quinto año de gobierno y todo indica que existe una gran incapacidad de él y su equipo para enfrentar dar solución a los problemas persistentes en el país. 

Además, a esto se suma la “obediencia ciega” de sus legisladores, entiéndase de Morena, PT y PVEM, que año tras año, han aprobado paquetes económicos con presupuestos sumamente altos, pero todos encaminado a cumplir los caprichos de “su jefe”, y no en beneficio de la gente. 

Estos presupuestos se han caracterizado porque los recortes al sistema de salud han sido constantes, al igual que en otros sectores de importancia, dejando a la gente en peor situación a la que se vivía hasta el 2018. 

Solo recordemos que con la desaparición del Seguro Popular se quedaron sin protección de seguridad social gratuita más de 14 millones de personas. 

A esto se debe sumar ahora a toda esa gente que perdió su empleo durante la pandemia del covid-19 y que hasta ahora solo han encontrado en el comercio informal la forma de obtener ingresos para llevar a sus casas y hacer frente a sus necesidades, pero no cuentan con un sistema de salud, Esto indica que el sistema de salud actual es insuficiente para proteger a todos los mexicanos. 

 La gente que logra acceder al sistema, no tiene la oportunidad de cubrir las recetas completas, sea porque no hay existencia de los medicamentos o porque “los duendes”, quizás los mismos que actúan en el poder legislativo, se llevan los medicamentos para venderlos en el mercado negro. 

Por ello, la lógica indica que si tienes menos presupuesto, tu funcionamiento no será optimo y si a esto le suman los altos niveles de corrupción el resultado es un sistema de salud como el actual en México. 

Recordemos que el tabasqueño prometió que, en el 2020, el sistema de salud seria equiparable al del país europeo, funcionando al ciento por ciento con atención de calidad y medicamentos gratuitos para todos, pero la no cumplirlo, ahora reitera que será hasta finales del 2023, lo que sigue siendo una mentira. 

Lamentablemente los mexicanos, en su mayoría, creyeron en la promesa de un cambio y que la calidad de vida mejoraría, pero solo se obtuvo una administración de un vendedor de sueños que al incumplir sus promesas echa la culpa a otros o de plano sigue mintiendo.