Por Víctor Barrera
Estamos a 9 días de iniciar un nuevo año, 2023, y debemos estar pendientes que en el próximo año nuestros legisladores realmente realicen el trabajo por el cual fueron elegidos, el bien común, que es el crecimiento económico del país.
Es muy probable que, durante el mes de enero, los legisladores de la llamada alianza “Juntos Haremos Historia”, estén más ocupados en seguir quedando bien con “su jefe”, aunque sea un retroceso para el país.
México en este nuevo siglo se destacó porque consolido organismos que desde 1994 empezaron a generarse y que se convirtieron en verdaderos contrapesos para vigilar que quien estuviera en el poder no sobre pasara sus facultades y creyera que era dueño de un país y su gente, como ahora piensa el inquilino de Palacio Nacional.
Por ello deberemos exigir a los integrantes de los otros dos Poderes de la Unión, el Legislativo y Judicial, que trabajen conforme a las leyes establecidas en nuestra Constitución. Que los legisladores no busque los llamadlos Plan B, para sobre pasar el derecho de todos los mexicanos y que el Judicial no permita mayor presión por el Ejecutivo para dar sus resoluciones.
En tanto los cuidadnos deberemos cumplir con nuestro derecho de votar y proteger al arbitro electoral, INE, para que este no se convierta en un apéndice del gobierno federal en turno.
Han pasado, repito, ya varios años para establecer una democracia en México, incipiente, pero que ha establecido las bases para que la confianza hacia este de la ciudadanía vaya en aumento, aunque AMLO intente debilitarlo económicamente para luego desvanecerlo y poder aplicar su sueño, mantenerse en el poder bajo la sombra de un arbitro que se mueva con obediencia ciega, como le gusta al tabasqueño.
AMLO reconoce que su popularidad no le alcanza para que su proyecto, que aun lo es, continúe en el 2024, por lo que es probable que prepare, junto con sus legisladores planes para alcanzar ese objetivo, lo que retorcería a la democracia nacional más de cien años, donde el poder era de una oligarquía que se sentía superior a toda la gente.
Si llegamos a esa situación, lo hasta ahora conseguido en el país, podría desaparecer y regresaremos a esos tiempos donde el presidente pensaba que realizar todo en México, aunque esto no tenia la calidad suficiente, permitía mantener la soberanía nacional.
Y aun más lejos de ello, donde el presidente y su grupo de oligarcas, podrían eternizarse en el poder y con ello destruir lo que hemos alcanzado a lo largo del tiempo.
AMLO ha demostrado que sigue pensando que Estados Unidos es el ejemplo de un capitalismo que hace daño al mundo, pero el señor utiliza y compra todo lo que ese capitalismo produce, los automóviles, los aviones, teléfonos celulares, y una largo etcétera, pasando por el vestido y calzado cotidiano. También envía a su hijo menor a estudiar a un país que representa el capitalismo, confirmando que su estrategia educativa es fallida, porque su hijo no ofrece el ejemplo de estudiar en una escuela pública del país.
Esta en la idea que la salida de cualquier “aspiracionista” es estudiar en el extranjero porque en México la educación ha perdido varios años en su desarrollo.
Para esquivar las miradas sobre su proceder, que es distinto a sus dichos, utiliza la polarización social, algo que ha empezado a mostrar que ya rebasó esa delgada línea del respeto a los derechos fundamentales de todos por sobreponer los derechos de una sola parte de la población.
Así que el 2023 debe ser un año donde los pobladores y la ciudadanía específicamente deberemos vigilar que en los comicios electorales no se utilicen los recursos públicos para hacer campaña y comprar voluntades, que el árbitro electoral siga siendo parte de la ciudadanía y no sea del gobierno en turno.
De lo contrario abriremos la puerta a que se instale de manera permanente el autoritario que ahora nos gobierno, algo que hace daño, porque ante la incertidumbre de cómo actuara el gobierno, las inversiones dejaran de fluir dentro del país, no habrá la capacidad para crear los empleos necesarios, eso provocara poca producción y mucha pobreza.
Pero aun estamos a tiempo de remediar ese desastre que esta en el umbral de la puerta y que espera un descuido para poder entrar.