La economía mexicana parece perder fuerza mientras se aproxima el fin del año.

En noviembre, la encomia habría caído 0.1 por ciento y de concretarse este descenso se rompería una racha de cuatro meses con cifras positivas, reportó el Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) que elabora el INEGI.

La caída del penúltimo mes del año se da luego de un comportamiento que, si bien mostró avances de julio a octubre, estos no superaron la barrera del 1 por ciento, según cifras desestacionalizadas.

El descenso mensual de noviembre sería apenas el segundo del año, pues en junio la economía cayó 0.2 por ciento.

En el desglose de los datos, tanto las actividades secundarias como las terciarias tendrían una caída mensual de 0.1 por ciento en el penúltimo mes del año, señaló el instituto de estadística.

Para el caso de las secundarias o industriales la situación es un poco más compleja. En tres de los últimos cuatro meses reporta datos negativos, mientras que en las actividades terciarias o de servicios representaría el primer descenso desde octubre del año pasado.

En su comparación anual, el IOAE también reveló una mayor ralentización. En octubre, la economía avanzaría alrededor de 4.9 por ciento y desaceleraría a 4.2 por ciento en noviembre.

Con esta desaceleración de la actividad, el Índice del IOAE habría llegado a 113.19 unidades, es decir 1.3 por ciento por encima de febrero del 2020 (mes prepandemia), pero 0.4 por debajo de su máximo reportado en septiembre del 2018.

Aunque se trata de una estimación oportuna, los datos vislumbran la desaceleración a la que se enfrentará la economía durante el próximo año, a pesar del optimismo en los pronósticos a nivel macro planteados por la Secretaría de Hacienda en el Paquete Económico.

El gobierno prevé una expansión del PIB de 3 por ciento el siguiente año, el siguiente año, mientras que analistas consultados por Banxico estiman un crecimiento de solo 0.9 por ciento.

Román Moreno, profesor de economía de la UNAM, destacó que se puede considerar el dato como parte del proceso de desaceleración y no de una contracción, es decir, habrá crecimiento, pero será bajo.

“En 2023, además se enfrentarán los efectos negativos de la inflación, que están generando un impacto negativo sobre la dinámica de los salarios y se afecta la capacidad de mantener el consumo interno”, dijo Moreno.

Desde Banco Base estiman un crecimiento en Estados Unidos de entre 0.9 y 1.5 por ciento y en México de 1.7 por ciento.

Un menor dinamismo de la economía estadounidense contagiará eventualmente a la mexicana y principalmente al sector secundario con actividades estrechamente ligadas como las manufacturas.

El índice del IOAE del sector secundario estaría 0.8 por ciento detrás de su nivel prepandemia y respecto a su máximo de septiembre del 2015 tendría un rezago de 4.5 por ciento en noviembre.

Mientras que un freno en el desempeño de las actividades terciarias también restaría a las expectativas de crecimiento. El índice del IOAE de este sector habría llegado a noviembre con una recuperación del 1 por ciento frente a sus niveles previos a la crisis y 0.1 por ciento detrás, en relación con su máximo de octubre del 2019.las remesas.

Desacelerarán su avance anual a 8 por ciento en 2023, mientras que para las exportaciones se estima un alza de 9 por ciento.