Por Víctor Barrera
El panorama de México no se ve tan alegador luego de cuatro años, donde el inquilino de Palacio Nacional se ha dedicado a dividir a la sociedad y esto en perjuicio de la misma sociedad.
López Obrador cada mañana actúa como si fuera un opositor al gobierno, pero el problema es que él mismo es el gobierno.
México ha aguantado cuatro años ante un panorama internacional aciago, donde la pandemia del covid en el 2019, nos mostró lo endeble de la economía mundial.
Este factor sumado a gobiernos populistas ha venido a tirar, lo que en muchos años ha costado construir, un mundo globalizado. Donde el desarrollo de economías podría aportar el fortalecimiento de las economías emergentes y las más pobres.
Apenas tres años antes de la pandemia, la irrupción del populismo como fenómeno global con el Brexit y el triunfo de Trump, además de otras apariciones en países europeos donde pensábamos que la democracia estaba consolidada y el resurgimiento en Latinoamérica, han generado una polarización política que mantiene amenazada a la democracia liberal.
Estos gobiernos populistas, cerraron sus fronteras intentando demostrar que sus capacidades para gobernar era la mejor para la población de sus naciones. El resultado fue mayor pobreza en el mundo y la rasgadura de las cadenas productivas.
Los sueños de Putin para la reconstrucción de una Rusia que solo existe en su mente lo hicieron invadir Ucrania. Violando todo el orden jurídico internacional, y causar estragos energéticos y de alimentos en el mundo.
Esta guerra no ha permitido la recuperación económica postpandemia, porque el incremento del precio del petróleo, del gas y de los granos, ha dado como resultado una inflación y una recesión en puerta, que golpea al mundo, pero sobre todo a los más pobres.
En México, este contexto internacional, sumado a un gobierno populista en 2018, cuyo titular está lleno de rencores y traumas que se ha propuesto destruir la democracia que se empezaba a vivir en el país, atacando las reglas que la hacen posible, las instituciones que las operan y los actores, para ser solo su palabra la que mande en el país.
Si a todo esto agregamos que los resultados de este gobierno han sido negativos reflejándose en un crecimiento económico de cero, con mayor inseguridad, tan solo en homicidios dolosos en estos cuatro años, se tiene el registro de 141 mil 550, sin contar las personas desaparecidas; existe mayor pobreza y desigualdad social y la destrucción de instituciones y programas que afectan a muchos de los sectores de la sociedad. Indica que no será sencillo recuperarnos de estos daños en muchos años.
Porque no solo es la vena autoritaria sino una gran ineptitud e incapacidad de entendimiento de la cosa pública, que hoy tienen a nuestro país en crisis, con conflictos, bochornosos, internacionales, con división social que pueden elementos de peligro para mantener un país democrático, unido y con reconocimiento internacional