Por Víctor Barrera  

La presión que se ejerció por parte de la sociedad hizo que los partidos de oposición renovaran sus fuerzas y presionaran desde su terreno, el legislativo, para evitar que las modificaciones a las leyes secundarias de la Ley electoral,  pudieran derribar la constitucionalidad en el país. 

La oposición ha entendido que su mejor arma es trabajar del brazo con la sociedad y así se demostró desde la marcha del pasado 13 de noviembre y ayer ante esta presión, que leyó de manera correcta AMLO y decidido evitar problemas mayores, al declarar que vetaría la ley si pasaba con la llamada cáusala de “vida eterna” para los partidos políticos. 

Aunque para muchos parezca victoria pequeña, se demuestra una vez más que si existe la capacidad para derrotar a López Obrador, Morena y sus aliados PT y PVEM. 

De tal manera que el componente importante de esta victoria, fue nuevamente el quehacer político, el mirar a la sociedad como aliada y con ello presionar a un régimen que piensa que tiene todas las posibilidades de repetir en la presidencia, aun cuando sus resultados han sido en su mayoría negativos. 

Es cierto que la aprobación del Plan B le quita peso real al INE; sin embargo, se mantienen espacios para que, si la oposición pueda movilizarse y, repito, observar que la ciudadanía es un componente importante para derrotar al régimen actual. Esto es, dejar de pensar que los partidos políticos son los únicos capaces de vencer a AMLO, porque al final   es el voto ciudadano quine lo puede vencer y hay que salir a buscar ese voto nuevamente en las calles. 

Si la oposición no ve para adelante y esta nueva oportunidad que se les brinda, no podrán recuperar en muchos años esa posición que tiene ahora. 

La forma en la cual AMLO está actuando con ese talante  arrollador para intentar cambiar las cosas, más por venganza que con razonamientos es la puerta que se le abre a la oposición   para restar notos al proyecto de la 4T. 

La oposición, en su sentido amplio, debe considerar la importancia que tuvo la marcha del 13 de noviembre. Que motivo la reacción del tabasqueño con otra marcha y ordenar acelerar el Plan B, para minar la fortaleza del árbitro electoral. 

Ahora ante la decisión del PVEM, de no apoyar la “cláusula de la vida eterna” nos muestra también que el Plan B tomará un incierto camino cuando llegue a la Corte, pero que este podría beneficiar más a quienes quieren que persista la democracia y no los que quieren regresar a un régimen controlador. 

Aun cuando no hay certidumbre de que pueda pasar con los amparos que ya se han presentado respecto a las modificaciones de las leyes secundarias, sí queda claro que a la oposición no le queda de otra que enfrentar al actual gobierno con todo y el aparato que ha echado a andar en estos años para sus proyectos. A partir de la movilización conjunta, con proyecto para el futuro cercano, pero tomando en cuenta la opinión de la gente, de la ciudadanía, porque con los cambios que se realizaran al INE, una desorganización entre oposición y ciudadanía sería fatal. 

Es cierto también, que es incierto lo que pueda ocurrir en la Corte, con la posible influencia mayoritaria del presidente, pero ante una sociedad organizada, no hay cambios que no puedan derrotarse, porque algo que violenta y molesta a la gente, como lo es unos comicios sin verdadera libertad, no podrá aceptarse jamás en el país, porque nos ha costado mucho la incipiente democracia que hemos presenciado, pero que va por buen camino. 

El resultado de la elección más importante de nuestra historia esta dar el verdadero valor de nuestro voto y que todas las autoridades las respete y no las encaminen a un fraude que podría desatar, como decía AMLO, el despertar del Tigre.