Túnez frenó el martes a Dinamarca, semifinalista de la Euro, que no pudo pasar del empate sin goles en su estreno en el Mundial.
Túnez probablemente mereció más, pero una experta atajada del arquero Kasper Schmeichel poco antes del descanso ayudó a Dinamarca a conservar sin movimiento el marcador.
Ya vencido sobre el césped luego de que Túnez lograse rebasar a la férrea defensa, Schmeichel levantó una mano para desviar un disparo de Issam Jebali, que juega en el Odense danés.
Fue el tipo de atajada que su padre, la leyenda del Manchester United Peter Schmeichel, solía realizar.
El partido supuso el regreso de Christian Eriksen a un gran torneo menos de un año y medio después de sufrir una parada cardíaca en un partido de la Euro 2020 con Dinamarca.
En su posición habitual de mediapunta, Eriksen realizó un peligroso disparo a puerta desde lejos en la segunda parte que el portero tunecino, Aymen Dahmen, tuvo que desviar.
Y en el saque de esquina que siguió, el remate danés golpeó el poste. Casi al final del encuentro, y tras revisar la jugada en video, el árbitro descartó un penal por una posible mano en el área tunecina que había puesto en peligro su buen resultado.