La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) incrementó las perspectivas de crecimiento para México tanto este como el siguiente año. Explica que una gran parte de la economía del país estará impulsada por el consumo y las exportaciones, ambos motores que no dejan de tener riesgos a la baja, como la inflación y la desaceleración de la actividad en Estados Unidos.
Para este año, la organización incrementó de 2.1 a 2.5 por ciento su perspectiva de crecimiento, con lo que se encuentra por arriba de lo previsto por otros organismos internacionales y se ubica por encima de la proyectada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de 2.4 por ciento.
En 2023, la perspectiva de crecimiento para México también fue mejorada por parte de la OCDE, pasó de 1.5 a 1.6 por ciento. Dato que todavía es prácticamente la mitad del 3 por ciento previsto por el gobierno mexicano en los documentos que integran el paquete económico del próximo año.
“El consumo se verá respaldado por la mejora gradual del mercado laboral, pero atenuado por la alta inflación. Las exportaciones seguirán beneficiándose de la alta integración en las cadenas globales de valor, pero su dinamismo se verá mitigado por la desaceleración en Estados Unidos”, explica la OCDE; la cual advierte en este último país un crecimiento que caerá de 1.8 a 0.5 por ciento entre 2022 y 2023.
El organismo prevé que en el ámbito de las finanzas públicas, la deuda de México se estabilice en torno a 50 por ciento del producto interno bruto (PIB). “México también ha comenzado a reconstruir los colchones fiscales, mediante la reposición gradual del fondo de estabilización, que ahora tiene 0.1 por ciento del PIB en recursos disponibles. Este es un paso bienvenido para aumentar la capacidad de reacción en caso de un impacto negativo”, amplía.
Sin embargo, «las presiones inflacionarias siguen siendo altas y generalizadas», advierte el organismo, y prevé que el índice general de precios, la inflación, descenderá a 5.7 por ciento en 2023 y al cierre de 2024 se ubicará en el rango objetivo de Banco de México, con un estimado de 3.3 por ciento.
“Las perspectivas de inflación siguen siendo muy inciertas”, reconoce la OCDE. “La inflación puede ser más alta durante más tiempo, erosionando el poder adquisitivo, particularmente de los hogares vulnerables, lo que exige un mayor endurecimiento de la política monetaria”.
En ese contexto advierte que la tasa de política, que establece Banco de México, aumentará a 10.75 por ciento para el primer trimestre de 2023 y en ese nivel se mantendrá hasta principios de 2024, cuando comenzaría a reducirse gradualmente.