Por Víctor Barrera  

De acuerdo con la agenda legislativa en estos días debería estarse analizando y debatiendo el Presupuesto de Egresos para el 2023, con el objetivo de distribuir los recursos públicos a favor de un crecimiento económico basado en el fortalecimiento de los sectores productivos. 

La situación mundial actual, nos muestra que los tiempos son difíciles y que aquella nación que no empiece a fortalecerse, podría caer en una crisis económica y social más profunda con resultados fatídicos para sus pobladores. 

Pero al parecer a  una buena parte de nuestros legisladores, que son representantes de todos, no les interesa establecer un presupuesto que, acompañado de estrategias y políticas públicas,  de resultados a favor de un crecimiento económico mayor al 4 por ciento y con ello mejorar la calidad de vida de más de 57 millones de personas que están ubicados en un rango de pobreza y cerca de 8 millones en pobreza extrema en el país. 

El debate parlamentario no se ha centrado en ello, sino en otros temas que nada tienen que ver directamente con el fortalecimiento a los sectores productivos del país, sino a denostar a cada una de las fracciones legislativas  que están representadas en la cámara de diputados. 

Es lamentable que  muchos de estos parlamentarios, la mayoría de la alianza “Juntos Haremos Historia”, solo ocupen su tiempo para  insultar con los mismos calificativos que profiere Andrés Manuel López Obrador cada  mañana  a quienes no piensan igual que él, los tildan de  conservadores, racistas, clasistas, hipócritas, rateros, aspiracionistas, fifí  y demás adjetivos y con ello desperdician el tiempo  para el debate con  números y análisis reales, que permitan establecer una distribución de  los recursos públicos para  hacer que el campo produzca  los alimentos  que nos lleven a la autosuficiencia alimentaria, con bajos precios y que además permita tener excedentes para exportarlos y  obtener  recursos para reinvertirlos  en el campo y con ello evitar la emigración de muchos  mexicanos al extranjero, principalmente a Estados Unidos para poder obtener recursos que puedan solventar sus necesidades básicas de alimentación, algo que no consiguen en México. 

Entiendo que existe una estrategia ideológica para seguir los mandatos de su “jefe”, como algunos legisladores llaman a López Obrador, pero lo increíble es que demuestren que no tiene la capacidad de pensar por ellos mismos a favor de mejorar localidad de vida de aquellos que con su voto confiaron en el trabajo de su representante. 

Que los sectores secundarios, industria y transformación y terciario Turismo y comercio, crezcan, para crear los empleos suficientes que se necesitan en el país, además de generar recursos tributarios para el gobierno federal pueda aplicar en infraestructura y ofrecer mejores servicios públicos y sistemas de salud y educativo adecuados y sin rezagos.

 Los legisladores de la alianza, que acompaña a López Obrador, están más obligados a ofrecer los resultados a los problemas que ellos señalan como la herencia que dejaron las administraciones pasadas. Sin embargo, repito, toman su tiempo para insultar y remarcar los problemas, pero no escuchamos propuestas para resolverlos. 

Esto muestra que no han entendido que López Obrador lleva cuatro años como titular del Poder Ejecutivo y no ha dado una solución positiva a esos problemas. 

Al igual que López Obrador, los legisladores de esa alianza son responsables directos de los resultados hasta ahora obtenidos, donde la pobreza sigue creciendo, la inseguridad ha llegado a niveles totalmente altos, estamos inmersos en una crisis económica que no hemos podido superar y probablemente tardaremos uno o dos años más después de terminar esta administración, para siquiera, alcanzar los niveles existentes en el 2018. 

En cambio, y ante un  escenario económico difícil los legisladores de Morena, PT y PVEM avalaron en lo general el presupuesto que pone contra la pared a las arcas de la Federación, al tiempo de endeudar a las próximas generaciones con la autorización para contratar deuda por 1.1 billones de pesos, el techo más alto de los últimos 35 años. 

Estos legisladores solo muestran su ineficacia porque deben trabajar para aquellos que representan y no para una persona, que concluirá en dos años más y como ya lodito se ira a su rancho cuyo nombre es posiblemente  a donde mucha gente manda a quienes no soportan.