Por Víctor Barrera
México no logra salir de un problema cuando se crea otro y esto ha sido la tónica con la cual ha actuado durante estos cuatro años la administración federal de la llamada 4T.
Esto ha dejado como consecuencia que nada se concluya por completo y quede como herencia para la próxima administración, que deberá encontrar una salida financiera a las megas obras empezadas por las ocurrencias de López Obrador. El Tren Maya, la Refinería Olmeca en Dos Bocas, el AIFA, el Tren Transístmico y algunas otras como las sucursales del Banco Bienestar y la posible línea aérea que administrará la Defensa Nacional.
En el ámbito económico, seguimos aun en medio de turbulencias financieras que mantienen una elevada inflación por la escasez y encarecimiento de muchos productos e insumos industriales.
A esto se debe sumar que para el próximo año, se espera una eventual recesión de la economía de estados Unidos de Norteamérica, que impactara directamente a la nuestra, porque somos uno de los principales socios comerciales de aquella nación.
Esto provocará que nuestra economía no pueda crecer lo suficiente como para poder tener presupuestos adecuados que fortalezcan a nuestros sectores productivos, esto implicará la importación de muchos productos como alimentos e insumos que no se originan en el país o hemos perdido el auto abasto.
A todo esto debemos sumar ahora la Reforma Electoral propuesta por AMLO y que tiene como objetivo final que el gobierno sea nuevamente juez y parte en los comicios y que sea el gobierno quien designe a los Consejeros Electorales, para que solo sean votados por la ciudadanía, quitando al Poder Legislativo esa potestad y a la ciudadanía uno de los órganos autónomos ciudadanos de mayor contrapeso al Poder Ejecutivo y que ha permitido en tres ocasiones el cambio de régimen en tan solo 18 años.
Entonces este gobierno toma como “cortinas de humo” los otros problemas para distraer la atención y poder sacar un proyecto totalmente antidemocrático, donde se perderá el verdadero valor del voto ciudadano y se obtendrá solo el sometimiento a un régimen presidencial absoluto y dictatorial.
Andrés Manuel López Obrador pretende hacerse del control de los órganos electorales, como una aduana previa para después poder controlar las elecciones y sus resultados.
Esto no solo para garantizar un triunfo en las elecciones presidenciales, que constitucionalmente tienen que celebrarse en el 2024, sino para tener una mayoría absoluta en el Congreso que le permita redactar su propia Constitución.
Esto no puede más que llamarse traición a la patria, porque México ha sido una republica donde se respeta el derecho de todos a votar y ser votados, pero también que las elecciones sean libres y el voto secreto.
Para alcanzar esto tuvieron que pasar por lo menos una revolución y luego 70 años donde un partido hegemónico era quien dictaba el presente y futuro del país. Ahora donde ya habíamos empezado a cambiar esto, podríamos retroceder de manera significativa.
Ha dicho López Obrador que se han sentado las bases para que su proyecto de la 4T se establezca pero no se explicado que ha sido a través de retrocesos y ocurrencias que lastiman no solo las finazas nacionales, sino las familiares y de impacto importante para los más pobres.
Esto empezó con la cancelación del aeropuerto de Texcoco que llevaba ya un avance de más del 40 por ciento, se construyó a medias el AIFA que no demostrado la rentabilidad económica de de beneficio para la población. También se inició la construcción del Tren Maya lastimando territorios ambientales y quitando tierras a comunidades indígenas que han quedado desamparadas para sembrar o mantener sus usos y costumbres., Se construyó una refinería que pasara gran parte del tiempo bajo el agua, debido a las torrenciales aguas que se presentan por el cambio climático que se origina en el mundo. Se echó para atrás una reforma energética que atraería inversiones privadas. Se estableció una política eléctrica que nos tiene al borde de un panel internacional donde posiblemente pagaremos con un enorme costo con cargo al erario público. Todo esto sin consultar al “pueblo sabio” a quine Andrés Manuel López Obrador utiliza para otras ocurrencias y que le acompañen aun sin conocer el objetivo final, como lo es la reforma electoral.
Son estos antecedentes los que muestras la forma dictatorial de este régimen de la 4T que quiere perpetuarse en el poder.
Es por ello que debemos defender al INE para evitar que se desaparezca la democracia en el país.
Es cierto que se debe ir mejorando al INE, pero no se puede hacer por ocurrencias p o por obtener poder, se debe hacer poco a poco y por áreas, primero la administrativa, ofrecer salarios que correspondan al tamaño de la responsabilidad de los Consejeros Electorales, para luego pasar a lo político-electoral donde se discuta el número adecuado de Consejeros a integrar al INE, también cómo se llevará acabo su elección estableciendo los perfiles de conocimiento y experiencia para asumir el cargo.
No se puede hacer un cambio en el órgano electoral mas impórtate para el país con ocurrencias y politiquería barata, la propaganda ideológica sea la principal, sin mirar el futuro del país.
México es de todos y no solo de un puñado de gente que, repito, quiere perpetuarse en el poder y vivir como reyes mientras que la mayoría de la población vive cada día con mayor pobreza y peor calidad de vida.