El director de orquesta mexicano Enrique Diemecke recibió la Presea Cervantina en el primer escenario que pisó a los tres años, el del Teatro Juárez.
El consagrado artista de 70 años recordó con emoción que la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG), a la que dirigió en la Quinta sinfonía de Gustav Mahler, fue la misma institución que integró en algún momento de su vida y a la que asistió cuando era un pequeño.
El público agradeció la confidencia con un largo aplauso.
“Me siento muy orgulloso de estar en este Cervantino desde este teatro, que era para mí la panacea. Lo más maravilloso es ver ese candelabro que nos decían tenía esmeraldas, amatistas y diamantes.
“Me emociona mucho estar presente aquí, con mis hermanos, mi papá y mi mamá, que siempre venía a apoyarme.”
Mariana Aymerich, directora del FIC, destacó el honor de que Diemecke dirija la OSUG en este concierto, así como entregar el reconocimiento a “un guanajuatense tan distinguido, tan importante, con una trayectoria intachable como es el maestro. Es tu noche”.
En un prólogo a la actuación de la orquesta, Diemecke mencionó que siempre ha considerado “que las quintas sinfonías son las mejores de los compositores. Las de Beethoven, Bruckner y Dvorak”.
Aunque, acotó, “en realidad escribieron sus obras como si fueran un capítulo o el tomo de una enciclopedia. Entonces, es el quinto tomo de la vida de un gran director de orquesta. Así está escrita esta obra: todos los instrumentos que van a participar describen algo de él”.
Diemecke relató que se hizo la historia de esta sinfonía como un ciclo de vuelta a la vida después de un periodo muy difícil. A través de sus movimientos se recorre la experiencia de recuperación y encuentro con el amor. Finalmente, dio libertad al público de interpretarla como deseara.
La presentación de este viernes fue preparada durante una semana en la que Diemecke asumió, como siempre que encara un nuevo proyecto, sentir de la misma forma en que el creador lo hizo.
El concierto también provino de un periodo en el que debido al confinamiento por la pandemia se dedicó a estudiar y a retomar el papel esencial de la música en su vida, como contó durante los ensayos de esta semana.
Al término de la interpretación, recibió una ovación de pie durante cinco minutos. Dos veces regresó al escenario, donde también fue aplaudido por la orquesta. Emocionado, se erigió en figura central de esa noche en el recinto cervantino.