Por Víctor Barrera
Andrés Manuel López Obrador empieza a reconocer que la forma en la cual administra la riqueza del país, no ha servido para poder alcanzar los objetivos que planteó y que llevaría a todos los mexicanos a tener una mejor calidad de vida.
Las cifras no salen y en cualquier aspecto que se busque estas no son tan alentadoras, como lo prometió el tabasqueño.
Si retomamos las estimaciones que hicieron el Fondo Monetario Internacional (FMI), conjuntamente con el Banco Mundial (BM), donde establecen que el crecimiento económico del país será de 1.3 por ciento para el 2023 y que el promedio anual de crecimiento de este sexenio será apenas cercano a 1 por ciento.
Si este crecimiento lo colocamos frente al crecimiento de la población por año que es de 1.2 por ciento, significa que el ingreso per cápita en el país mostrara una contracción en estos seis años. Es decir, compramos menos productos con el mismo dinero que se obtenía en el sexenio anterior.
Esto hará que el número de personas que se ubican en nivel de pobreza se incremente pasando a una cifra superior al 60 por ciento de la población total del país.
Esto se traduce también en un incremento de emigración de personas en la búsqueda de poder obtener mejores recursos fuera del país, El impacto se hace mayor porque quienes salen son personas que están en edad de trabajar y en mejor capacidad para apoyar a sus familias, además deja sin mano de obra a los sectores productivos del país.
Es decir, entre menor sea la producción en México, menor será la riqueza que se origine y mayor será el tiempo para poder recuperar siquiera los niveles de crecimiento que se obtenían en el sexenio anterior, que en calificativos de López Obrador eran “mediocres” porque eran en promedio del 2 por ciento anual.
Para lograr elevar el ingreso de las personas y mejorar su calidad de vida se requiere incrementar el ingreso nacional, es decir que todo el país tenga un ingreso total mayor.
Pero es imposible que el ingreso total de un país crezca cuando la producción se reduce; por ello la primera condición para mejorar el nivel de vida de la población es incrementar la producción nacional para luego aplicar esquemas que permitan que la población de menores ingresos se pueda beneficiar de este fenómeno.
También debe entenderse que para obtener niveles importantes de crecimiento es necesario que se tengan altos niveles de inversión en largos periodos, algo que en los últimos años ha ido cayendo.
En México el nivel inversión pública es cercana al 20 por ciento del Producto Interno Bruto y esta mantiene una tendencia a la baja. Por lo que es necesario complementarla con inversión privada, pero para ello es necesario tener un ambiente adecuado y estable que invite a esta inversión a estar en nuestro país, por varios años y no solo en el mediano plazo.
Algunos de estos elementos que propicien un ambiente adecuado son una estabilidad económica, una seguridad jurídica de respetar los contratos elaborados con el gobierno para tener la seguridad de que se podrá recuperar la inversión, que se tendrán impuestos estables impuestos, así como bajas tasas de inflación y de regulación, propiciando la competencia entre empresas. Además, de que exista también una apertura comercial para reducir los costos de los insumos y poder aprovechar los grandes mercados en el exterior., de darse esto es probable que se obtengan niveles elevados de producción y por consiguiente un nivel elevado de ingresos para todos y por su puesto una mejor calidad de vida.
Pero como esto se ve difícil de realizar, López Obrador ya empieza manifestar que el no logrará revertir el daño que el neoliberalismo le hizo al país, con una mayor apertura comercial, con mayor captación de capitales y con la creación y firma de muchos tratados comerciales, acuerdos y convenios con otras naciones.