Habitantes de Cuajimalpa se manifestaron en contra del proyecto ecoturístico conocido como Bike Park, porque aseguran que deforestará el bosque de San Lorenzo Acopilco y el Parque Nacional Desierto de los Leones, por lo que denunciaron que, con el apoyo de la iniciativa privada, se pretenden construir cafeterías, cabañas y senderos de alto rendimiento para ciclistas y motociclistas.
Los pobladores hicieron patente su descontento la mañana de ayer sobre la autopista México-La Marquesa y Desierto de los Leones con lonas y pancartas en las que detallaron la intención de privatizar los bosques; sin embargo, señalaron que desconocen cuántas hectáreas resultarían dañadas.
Exigieron a las secretarías del Medio Ambiente local y federal, a la Comisión de Recursos Naturales, a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y al Instituto Nacional de Antropología e Historia, así como a la alcaldía Cuajimalpa, fijar una postura pública al respecto, tras agregar que desde hace cinco meses se promociona el proyecto.
Afirmaron que los pobladores de San Lorenzo Acopilco y los vecinos del Parque Nacional del Desierto de los Leones no han sido consultados acerca del Bike Park, por lo que rechazaron que se valide la supuesta asamblea comunal en la que se avaló desde hace varios meses dicho proyecto.
Durante la protesta, los comuneros dejaron en claro a las autoridades locales y federales que desconocen a Gabino Sandoval, quien se ostenta como representante de bienes de San Lorenzo Acopilco, y que según ellos defiende e impulsa el proyecto Bike Park.
Los quejosos, que prefirieron no hacer públicos sus nombres, deploraron la idea de que si se concreta el parque ecoturístico “sea sólo el inicio de la destrucción del bosque”, con lo que posteriormente se dará luz verde a la corrupción inmobiliaria.
Lamentaron el daño que el senderismo ha provocado actualmente al Parque Nacional Desierto de los Leones, a pesar que está en la lista de las áreas naturales protegidas en la Ciudad de México, y que en lugar de detenerlo ahora se pretenda abrir la puerta a la deforestación de pinos, oyameles y encinos sanos de más de 40 metros de altura, lo que dañaría inmediatamente el hábitat de las más de 50 especies de flora y fauna.
“El proyecto incluye senderismo de montaña en las partes más inaccesibles del bosque, pero tienen que quitar el sotobosque que mantiene la humedad del suelo y el subsuelo, que impide que se evapore tan rápido la poca agua que queda”, dijeron al insistir en que desde hace meses los responsables “impulsan el proyecto en lo oscurito”.
En los cartelones y lonas de la protesta se leía: “No somos el patrio trasero de Santa Fe”, “Todos somos Acopilco” y “Fuera proyectos ecocidas”.