Por Víctor Barrera
La actualidad financiera del país prácticamente se encuentra sin un fondo que pueda absorber la caída de una recesión mundial y que permita mantener programas sociales y por su puesto ofrecerle fortalecimiento al mercado interno.
Eventos extremos como la guerra entre Ucrania y Rusia, que ha creado una preocupación a los países europeos podría reflejarse en nuestro continente por la poca productividad de esas naciones.
México en términos financieros no cuenta con la mayoría de los fondos y fideicomisos que se crearon a lo largo de más de 20 años para hacer frente estos imprevistos y evitar que el erario público se fea afectado en sus compromisos y objetivos establecidos.
El Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), que durante muchos años administró la provisión de certeza, ante los enormes gastos que generan eventos imprevistos como lo son los hídricos, telúricos, volcánicos y demás, inherentes a nuestra condición natural en el territorio mexicano. Este fondo, hasta 2018, tenía una erogación anual de cerca de los 30,000 millones de pesos, ahora no se cuenta con esa cantidad y de existir algún fenómeno natural, se tendría que echar mano de otros recursos para solucionar los desastres ocasionados,
Así ha sido demostrado al presentarse en estos últimos años, 2019 y 2020 fenómenos naturales donde solo se ha podido aplicar el 18 por ciento de lo que antes se aplicaba.
En cuanto a fondos destinados a mantener una provisión de recursos para estados como lo fue el Fondo de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas FEIEF), aun cuando propiamente no ha desaparecido, pero para efectos prácticos es básicamente inoperante. Porque los recursos que mantiene son utilizados para el pago de su propia deuda, como una natural consecuencia de su endeudamiento en el año 2020.
Cuando la pandemia se presentó en el país, consideró una buena idea “bursátil izar” el fondo para paliar la sangría de recursos que hacia mediados de ese año ya se le había practicado.
Tan solo a finales del 2020, el FEIEF perdió casi un 70 por ciento de sus recursos. Y muy probable que en poco tiempo llegue a su absoluta insolvencia.
El Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios, que se estima el más robusto de estos tres fondos. Porque el cierre del pasado sexenio contaba con más de 300,000 millones de pesos, ahora solo cuenta con 25,000 millones, saldo raquítico que poco ayudaría para contener posibles crisis financieras como las ocurridas en años pasados como en 1982 y 1994.
Todo esto muestra que la protección financiera que se tenía hasta el 2018, ha desaparecido prácticamente, algo que coloca al país en una situación vulnerable.
México ha perdido esos recursos que aliviaban las finanzas públicas y nacionales