Por Víctor Barrera
La comparecencia de Rogelio Ramírez de la O ante diputados federales, muestra que los legisladores de la coalición “Juntos Haremos Historia”, no modificaran en nada el Paquete Económico 2023, porque están convencidos que el optimismo del titular de hacienda puede ser un ancla que motive a los electores a mantenerlos en el poder.
Este optimismo puede ser eclipsado por eventos que empiezan a mostrarse más claramente como la contracción económica de Europa, debido a la guerra entre Ucrania y Rusia que podría continuar por lo menos en lo que resta del año y posiblemente en la primera parte del siguiente.
También traería una recesión económica en otras naciones, como Estados Unidos, la economía número uno del mundo y de la cual dependemos en su mayoría para mantener nuestra economía, por lo menos en los términos que ahora tenemos, de sobrevivencia.
Si a esto sumamos que la presión inflacionaria continuará en el mundo con sus consecuencias de un alto costo del dinero, el panorama no es tan optimista, por lo que cada nación deberá aplicar sus políticas públicas encaminadas a mantener un nivel de vida similar a la que ahora tiene sus pobladores.
Esto es, los mexicanos deberemos acostumbrarnos en mantener un crecimiento económico por debajo del 2 por ciento, con un nivel de inflación superior al 7 por ciento, lo que significa que no habrá dinero que alcance para realizar los gastos necesarios en la alimentación y servicios básicos, si el gobierno federal no aplica los recursos suficientes para que los sectores productivos mantengan un mercado interno saludable.
Desde luego, Ramírez de la O sostuvo su meta de crecimiento del PIB de 3 por ciento para 2023 en un rango de 1.2 por ciento a 3 por ciento como hace un año defendió también su meta de crecimiento del PIB en el Paquete Económico 2022 que era de 4.1 por ciento y que entonces estaba acorde a las expectativas del FMI, que para 2023 pronostican un alza de 1.2 por ciento en México.
Ramírez de la O fundamenta sus estimaciones y proyecciones calificándolas de “prudentes”, básicamente en dos pilares de la economía: el fortalecimiento del consumo o mercado interno, que ya está por encima de niveles prepandemia y la relocalización de inversiones o nearshoring, esperando que una mayor cantidad de empresas europeas y asiáticas se establezcan en nuestro territorio por las ventajas que ofrece estar cerca de la economía más fuerte del mundo.
Pero para ello debe carece de las condiciones suficientes para que estas inversiones quieran estar en México, algo que no se ha cumplido, principalmente porque los altos índices de delincuencia espantan a cualquier inversionista, las decisiones que toma López Obrador de un día para otro donde decide eliminar y no reconocer contratos y tratados también pone nerviosos a los inversionistas.
En cuanto al Paquete Económico 2023, este está más encaminado a querer concluir, a costa de todo, las mega obras de López Obrador, dejando una cantidad menor de recursos al campo, la industria y el sector de servicios, comercio y turismo.
Esto último implica que no se podrán crear los empleos y salarios suficientes para que los mexicanos podamos consumir más allá de los alimentos básicos y hacer el pago de servicios indispensables, en pocas palabras el mercado interno se verá deprimido.
Esto es precisamente lo que López Obrador llama “pobreza franciscana”, tendremos que acostumbrarnos a vivir con poco, porque esta administración está más empeñada en mantener sus recursos a salvo para evitar pasar a la historia como un gobierno que incremento la deuda del país que ofrecer mejores condiciones de vida para los mexicanos.
Así lo hizo saber Ramírez de la O al señalar que se sentarán las bases para planear una transición “sin sobresaltos” hacia la siguiente administración. Y la historia, de ganar morena en el 2024, continuara igual.