Cuando todo indicaba que el Tricolor se iría con un empate ante Perú, Hirving Lozano sacó a delante el triunfo de la selección mexicana.
A solo dos meses para el mundial de fútbol a celebrase en Qatar, el equipos que comanda Gerardo “Tata” Martino aun no logra encontrarse en un juego en conjunto.
Tanto Henry Martín como Santiago Giménez no lograron tener una oportunidad para poder demostrar su contundencia como delanteros y la moneda sobre quienes estaran en esta posición se mantiene en el aire.
Martino apostó por Henry como titular junto a Roberto Alvarado y el Chucky Lozano para completar el tridente ofensivo en el estadio Rose Bowl, en Pasadena. Pero la estrategia careció de pólvora.
Fiel a su más puro estilo, el entrenador de los peruanos Juan Reynoso arriesgó poco para no manchar su debut, jugando a la defensiva, en espera del contragolpe. Una estrategia que, a diferencia de los tricolores, fue mejor ejecutada.
En el medio campo, Luis Chávez sorprendió como titular, por encima de Héctor Herrera, con una actuación destacada. Pero pese a tener dominio del balón, México estaba lejos de generar peligro.
Entre la acertada reacción de la zaga peruana y las fallas del Tricolor para cerrar los ataques, la meta de los sudamericanos permanecía tranquila. Fue hasta el minuto 18 cuando Henry mandó un cabezazo aunque salió desviado.
En las gradas, donde había más de 65 mil aficionados de un aforo con capacidad de 90 mil, los me-xicanos eran quienes sobresalían con sus banderas tricolores, cánticos y la ola, aunque ante la falta de goles el ambiente era más de incertidumbre.
Además de los problemas en la ofensiva, los tricolores también sufrieron por momentos en la defensa e incluso los peruanos tuvieron la jugada más clara cuando André Carrillo conectó un remate de cabeza que pasó por un costado del arco.
Después de la primera media hora, Perú se agrandó, mientras el juego exigía cada vez más a los mexicanos con ataques de Luis Advíncula. El cierre antes del descanso fue para los sudamericanos, que a gran velocidad abrumaron a la zaga central de Héctor Moreno y César Montes, quien incluso recurrió a una jugada poco limpia para detener a Gianluca Lapadula. Le perdonaron el penal.
Ante la ineficacia del Tri, Martino, desesperado y nervioso, dio minutos a Giménez y Uriel Antuna, quienes ingresaron al minuto 61, pero poco pudieron hacer.
Cuando parecía que nada salvaría a los mexicanos de otro duelo sin victoria e incluso la presión comenzaba a guiarlos hacia la imprudencia, una pincelada individual giró el duelo en el tramo final.
En un tiro de esquina, Lozano (85) rescató el balón con un disparo junto al poste para por fin encender los ánimos en el graderío. Así, el jugador del Nápoles se reafirmó como la única carta consistente de México, que llevaba tres partidos amistosos consecutivos sin ganar.