Por Víctor Barrera
Morena no consiguió quitarle suficientes votos al PAN, al PRI a MC o al grupo Plural en el Senado de la República y por el momento los mexicanos deberemos sentirnos tranquilos al saber que aún existen legisladores que por ningún motivo cambian sus convicciones, principios y valores, y que están, por lo menos así lo han demostrado, más atentos a evitar un gobierno concentrado en una sola persona que en las promesas políticas o jugosas recompensan que puedan obtener.
A lo largo de la semana pasada se rumoro de manera constante que Morena, sus aliados y el gobierno federal estaban trabajando para “convencer” a los senadores de oposición de acompañar su propuesta de mantener al ejército hasta el 2028 en tareas de seguridad pública y de conseguirlo también podrían obtener un triunfo político importante al dividir de manera importante a la oposición como lo hicieron en la cámara de diputados.
Tanto Ricardo Monreal, como Adán Augusto López intentaron tener el voto de los legisladores de oposición, sin embargo, su esfuerzo fue insuficiente.
Ricardo Monreal reconoció su derrota y posiblemente vio disminuir aún más la posibilidad de recibir el apoyo de López Obrador para alcanzar la tan anhelada candidatura para la presidencia de la república en los comicios del 2024.
Pero saco adelante su experiencia y decidió retirar la propuesta para regresarla a comisiones y obtener una ventaja de 10 días hábiles para modificarla, apoyándose en la propuesta realizada por las diputadas Yolanda de la Torre y Claudia Ruiz, para así obtener el visto bueno del PRI.
Debemos subrayar que el gobierno federal ha utilizado la política como herramienta para presionar a sus adversarios, como lo hizo con Alejandro moreno, que, a través de dar a conocer los audios, que pintan de manera completa al campechano, y lo colocan como un político corrupto, banderín que tomo morena en la cámara de diputaos para doblegar a Alito, lo cual consiguieron con la negociación de olvidar todo a cambio de obtener la mayoría calificada y aprobar mantener al ejército en las calles.
Como se sabe, esta presión también influyo en la ruptura entre los líderes de los partidos del PAN y PRD con el del PRFI y la posibilidad de debilitar la alianza entre los tres institutos para los comicios del Estado de México, y Coahuila.
Para este último estado, la presión a Rubén Moreira fue menor, porque en la mayoría de las votaciones, el coahuilense ha apoyado las propuestas de Morena, esto para evitar “presión”.
A pesar de ello, en el Senado de la república existe un coordinador que no piensa igual que Alito y Moreira, por lo que el PRI mantuvo la cohesión con el bloque opositor, pese a que Manuel Añorve se ha mostrado como incondicional de Alito.
Esto dio como resultado para el gobierno federal y Morena la obtención de un solo senador panista, que terminará en la oscuridad política.
Esto demuestra que los ofrecimientos políticos y la chequera no necesariamente son herramientas fieles para alcanzar objetivos políticos.
El golpe de la batalla perdida no es solo contra López Obrador y su idea obtener todo el poder, sino también para Alejandro Moreno, que, como presidente nacional del PRI, demostró que está más interesado en sus intereses personales que del instituto y mucho menos a favor de la población.
Porque no tuvo el poder para influir en sus senadores, lo que demuestra que es un líder sin partido y posiblemente perderá los apoyos oficiales hasta ahora conseguidos y posiblemente se continuará con su proceso de desafuero para enfrentar un juicio penal de manera civil.
Si Morena y sus aliados le perdonan el desafuero, se mostrará que este gobierno también es capaz doblar a la justicia a favor de sus intereses y no los de México y sus pobladores.
Esto lo veremos en el próximo paso político que es modificaciones al INE para hacerlo nuevamente solo un apéndice del gobierno, que le permita perpetuarse 90 años en el poder.