Por Víctor Barrera
Esta semana será decisiva para aprobar o no las modificaciones administrativas propuestas por Andrés Manuel López Obrador y secundadas por el PRI, de Alito, que confirman la traición política más vil de los últimos tiempos en la política mexicana.
Alejandro Moreno Cárdenas “Alito” o “Amlito”, vio una gran oportunidad, al secundar la decisión de López Obrador de trasladar a la Guardia Nacional bajo las órdenes de la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena), para sacudirse el asedio de esta administración a través de la gobernadora de Campeche Layda Sansores, que durante semanas dio a conocer diversas grabaciones donde se mostraba de manera completa la forma de actuar y hacer política, negocios y otras cosas de Alito, es decir todo un profesional de la mentira.
Pero a este profesional se le atrapo a través de sus propias herramientas, la mentira y las promesas falsas a cambio de no ser molestado en su persona y sus bienes, porque hasta a ahora hay una solicitud de desafuero sobre su persona. Pensó terminar como el héroe de la película, pero al momento el resultado ha sido todo lo contrario.
El plan que puso en marcha, a través de sus peones dentro del PRI, consistió en proponer una reforma al artículo quinto transitorio del decreto de reforma constitucional por el que se creó la Guardia Nacional, para extender de cinco a nueve años el periodo de transición en el que las Fuerzas Armadas podrán seguir realizando tareas de seguridad pública.
Esto en cámara de diputados pasó de manera rápida y con mayoría, pero puso en riesgo a la población mexicana, porque podrían repetirse escenas como las de 1968, 1971 y 2014 donde el ejército se vio involucrado en la muerte de personas.
Alito, pensó que sus aliados PAN y PRD aceptarían la propuesta argumentando que la violencia en México sigue en niveles altos y que la única forma de evitar mayor incremento es mantener al ejército siga haciendo tareas de seguridad pública.
Sin embargo, su cálculo salió mal y las dirigencias nacionales de PAN y PRD reprobaron de forma contundente la actuación de Alito. Declararon que la coalición legislativa y electoral con el PRI quedaba suspendida, aunque siguen buscando la forma de mantener la alianza opositora en las elecciones del Estado de México y Coahuila, la relación con la dirigencia nacional del PRI está rota.
También se le olvido a Alito, que aun cuando es presidente nacional del PRI, existen quienes no comulgan en su forma de pensar y que en el Senado de la república existen varios de ellos.
La iniciativa militar necesita al menos 11 de los 13 votos del PRI en el Senado. De no aprobarse la iniciativa, la derrota será para Alito, quien cayó en la trampa de AMLO y pagara con la división de su partido, de un bloque opositor que demostró en el 2021 que unidos pueden derrotar a AMLO y Morena, pero también su propio aislamiento político y será calificado como el traidor en todas partes