Por Víctor Barrera
Serán los diputados federales quienes tendrán la tarea de hacer más real el Paquete Económico 2023 y modificarlo con la intención de que el impacto, de no cumplirse con las metas señaladas, sea el menor.
Los legisladores de Morena, PT y PVEM, deberán analizar punto por punto lo propuesto por el Ejecutivo Federal y dejar de lado el fervor ciego hacia AMLO, o de lo contrario nuestra economía tendrá un impacto similar a mediados de la década de los 90.
Esto lo señalo porque la actual administración está realizando lo mismo que hizo en su tiempo Carlos Salinas de Gortari, donde se apuntaba que México tenía finanzas públicas sanas, robustas y tan fuertes como la transformación que había emprendido el entonces presidente.
Hoy las explicaciones son las mismas y confían en que el 2023 sea un año con recuperación internacional y que esto empuje también a nuestra economía a un crecimiento económico hasta lograr el 3 por ciento previsto.
Sin embargo, de no suceder lo anterior, México podría enfrentar un escenario distinto y negativo, principalmente para los que menos tienen.
Es por ello que el poder legislativo deberá ser capaz de poner un freno a un Paquete Económico extremadamente optimista y que privilegia el gasto improductivo y electoral.
El verdadero crecimiento económico es la aplicación de un presupuesto enfocado a la productividad para crear riqueza y no todo lo contrario, donde la mayor parte del presupuesto se aplica en la construcción de las mega obras de esta administración, que hasta ahora no han mostrado su utilidad pública, además del gasto en programas sociales que resultan ser electoreros, sin modificar en nada la calidad de vida de quienes lo reciben, aunado a la opacidad sus padrones de beneficiarios.
Si tomamos en cuenta las cifras en las cuales que terminaremos este 2022, los ingresos no pintan lo suficientes para tener un gran año, que permita un crecimiento superior al 2 por ciento para el 2023 sumado a la ausencia de una Miscelánea Fiscal que aumente los ingresos tributarios.
Será el Servicios de Administración Tributaria (SAT), a través de su capacidad de cobranza quien, nuevamente, apuntale los gastos para las mega obras.
Para la población en general, los ingresos serán bajos y muchas familias seguirán dependiendo de las remesas que envíen sus parientes que trabajan fuera del país, y algunas otras se enlistaran al comercio informal, para completar los gastos.
En resumen, si se aprueba el Paquete Económico 2023 sin modificación alguna, tendremos un año difícil, pero podríamos sacarlo adelante, con un crecimiento de 1.2 por ciento y un niveles de inflación de 8.5 por ciento.
Entonces la responsabilidad del poder Legislativo es de suma importancia y nos mostrará si en verdad, nuestros representantes, trabajan para mejorar las condiciones y calidad de vida de los mexicanos o responderán ciegamente a los designios de su jefe supremo.