Por Víctor Barrera
Sin duda el objetivo que buscaba Andrés Manuel López Obrador de minar la alianza Va por México formada por el PAN, PRD y PRI, que hasta ahora le ha causado verdaderos dolores de cabeza, empieza a darse y esto se debe a la discusión sobre el traspaso que propone el tabasqueño de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.
La propuesta hecha por la diputada Yolanda de la Torre, del PRI, de alargar hasta el 2029 la permanencia de las fuerzas armadas en las calles, apoyando a la Guardia Nacional, ha sido el elemento que necesitaba López Obrador y los efectos empiezan a verse a través de las declaraciones de los dirigentes nacional del PAN, Marko Cortés y PRD, Jesús Zambrano, que exigen al PRI cumpla con su promesa de mantener la moratoria legislativa y mantener también la alianza en materia electoral.
Aunque las justificaciones que esgrime el de Macuspana se anclan en sus frases más sobadas; menos corrupción, más eficiencia, más aceptación por parte del ejercito entre la población, necesidad de menos recursos, pudieran ser de alto impacto en el pensamiento de la gente, realmente no explica como esto podría reducir los altos índices de violencia en el país, el alto número de desparecidos y feminicidios y los persistentes enfrentamientos entre grupos armados y del crimen organizado.
De hecho, su política de “Abrazos y no balazos” es un rotundo fracaso, porque esto permitió a los grupos criminales creer que les otorgaba una patente de corso, para poder ocupar más espacios territoriales lo que se ha traducido en un país más violento e inseguro.
La presión que ha ejercido a grupos políticos, a ministros de la Suprema Corte, a organizaciones civiles tiene el objetivo de endosar el fracaso de su política a estos grupos y manifestar que nunca han actuado a favor de la población, sino bajo los intereses políticos y la búsqueda del poder para retomar sus privilegios que durante años gozaron.
López Obrador entiende bien que es casi imposible que su propuesta prospere, por necesitar la aprobación de las tres cuartas partes del Congreso de la Unión en cada una de las cámaras, pero su insistencia permite empezar a minar a la alianza, que se muestra difícil de derrotar en el 2023 de seguir unida algo que mostraría que Morena no es difícil de vencer y que podría perder el poder Ejecutivo en los comicios federales.
Por ello, aun cuando no existe una estrategia real de ambas partes para disminuir la violencia en el país, al menos para López Obrador, la presión ejercida y su discurso que no explica nada, ha servido para una vez más ganar la atención de la gente, y escalar un poco más en la preferencia ha su proyecto y con ello continuar en el poder el próximo sexenio