Por Víctor Barrera
Mañana da inicio el último tercio del sexenio de la llamada 4T, y por supuesto se afinarán las cosas para que, en el 2024, se mantenga en el poder, porque este es el objetivito primordial de Andrés Manuel López Obrador.
Por ello deberemos estar atentos a su cuarto informe de gobierno, porque posiblemente estará lleno de declaraciones que traten de captar la atención de aquellos que han dejado de creer en el proyecto y que de alguna manera se muestran indecisos para apoyar su continuidad.
Destacará que a lo largo de estos primeros cuatro años de su administración ha luchado contra los conservadores, fifi y aquellos grupos que perdieron sus privilegios y desean recuperarlos intentando revertir el curso que lleva su proyecto.
Pero también le hablara a su voto duro, a aquellos que se han sentido beneficiados con los programas sociales, que poco han ayudado a mejorar su calidad de vida, pero les ha dado otra forma de vivir.
Insistirá que se ha puesto los cimientos de este proyecto y que se deberá buscar la continuidad. No hablará que ha destruido mucho de lo que la sociedad civil creo para vigilar y supervisar las acciones del gobierno, los organismos autónomos que se convirtieron en verdaderos contrapesos y ahora la gran mayoría se han convertido en parte de este gobierno, porque ha incrustado a sus incondicionales dentro de sus consejos de gobierno y administración.
Con ello evitará señalar que en verdad en los próximos años. 2023 y 2024, está en juego el poder y la viabilidad de esos contrapesos que han sido debilitados.
López Obrador sabe bien que es el tiempo exacto para empezar a levantar sus trincheras y que, ganado el Estado de México, será imposible que la oposición pueda aspirar a derrotarlo en el 2024.
Por ello ha colocado a incondicionales en los gobiernos estatales, para que construyan el andamiaje que mantenga a López Obrador, su proyecto y Morena en el poder no solo el próximo sexenio si no que perdure mucho más.
La sucesión presidencial se inició desde aquel 1 de diciembre de 2018, cuando López Obrador protesto como titular del poder Ejecutivo y concluirá el próximo mes de junio del 2024, cuando se den los resultados de los comicios federales a celebrase.
López Obrador es hechura del viejo PRI, donde la premisa fue “el poder se conquista, pero no se entrega” y por ello ha destapado a sus “corcholatas” para aquel o aquella que en verdad demuestre lealtad ciega al tabasqueño será la candidata o candidato presidencial para el próximo sexenio.
López Obrador ha establecido su proyecto, y sus ideólogos y los grupos cercanos a él lo entienden, hay un solo líder y para seguir obteniendo poder y riqueza es necesario alinearse a este.
Lo que resta del sexenio el objetivo será retener el poder y mantenerlo por décadas, aun cuando no cumpla con su obligación primordial que es el bienestar y mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos.