Por Víctor Barrera  

México sigue aun por debajo de las cifras económicas, que teníamos en el 2018, por lo que se sigue constatando que hasta el momento la presente administración, la de la transformación, solo ha dado resultados negativos y que la felicidad, algo que también quiere López Obrador se mida, tampoco llega a los hogares mexicanos. 

Será difícil que la felicidad entre en los hogares mexicanos, si cada mes se reporta un número importante de inseguridad, los feminicidios son cada vez más frecuentes, el enfrentamiento entre grupos criminales son el pan de cada día, los asaltos y robos a la población también son más constantes, es decir tenemos una sociedad más atemorizada que feliz.  

Por otro lado el incremento de los precios de los productos  siguen en aumento y aun cuando se intenta, con una política monetaria restrictiva por parte del Banco de México, detener este incremento, la falta de la aplicación de políticas públicas a favor de la creación de riqueza por parte del gobierno federal, deja sin efecto positivo esta política económica, pero si  mantiene un resultado negativo por que se incrementa el costo de dinero y la tasa de interés de los  créditos bancarios, comerciales y de las hipotecas,  factor que estresa a la sociedad. 

También cuando la población acude a recibir consulta médica en instituciones que proporciona el gobierno,  salen aún más desilusionados, primero porque  cada  consultorio  tienen gran número de  pacientes que atender, cuando entran a consulta no hay una revisión médica mínima y solo se remite a preguntas sobre su salud, luego al acudir a las farmacias de estos institutos, se encuentra que no existen los medicamentos recetados, lo que le deja la sensación que el sistema de salud nacional está prácticamente moribundo, pese a que López Obrador  recientemente ha insistido en que pronto tendremos un sistema de salud público el próximo año será igual al de Dinamarca. 

Cuando nos fijamos en los números, que recientemente se dieron a conocer sobre la estimación del PIB para el segundo trimestre, así como el Indicador Global de la Actividad Económica para junio, solo se confirma que seguimos cayendo económicamente y así lo señala también la organización México cómo Vamos, que dirige Sofía Ra­mírez, que publicó un análisis sobre el PIB al cie­rre del 2T que reportó ayer el Inegi con un crecimiento de 0.9% vs. el trimestre anterior. 

Señala que el PIB actual se ubica al 98.9% del registrado en el último trimestre de 2019 aunque ya la mayoría de los sectores están por encima de sus niveles pre pandemia con excepción de la construcción que está toda­vía 7.7% abajo. 

Resalta que la economía mexicana mos­traba ya debilidad antes de la pandemia, des­pués de alcanzar un pico en el 3T de 2018. 

Precisa que la economía mexicana tiene hoy un nivel similar al del 4T de 2017 y lo más preocupante es que el PIB per cápita está aún más bajo: a niveles de 2014, lo que implica un retroceso de 8 años. 

Todas estas cifras solo nos muestran que detrás de una economía estancada sigue prácticamente un abismo, que puede solventarse si se aplican estrategias para fortalecer los sectores productivos, se crea riqueza y se deja de repartir pobreza. 

Si se logra esto último, entonces si podríamos empezar a hablar de un mejoramiento en la calidad de vida, pero  para esto  falta por lo menos  que esta administración federal entienda y reconozca que  va en sentido contrario a todo lo prometido, que asuma su responsabilidad  y origine estrategias para  dar vuelta a estos resultados y no solo eche la culpa a las administraciones anteriores, la responsabilidad total del rumbo del país en estos seis años es solo de esta administración porque se le eligió para dar resultados y no solo se queje de lo mal que dejaron al país. Porque eso demuestra ineficacia en su trabajo