La central nuclear ucrania de Zaporiyia, la más grande de Europa, fue blanco de nuevos bombardeos ayer, de los que Rusia y Ucrania se acusaron mutuamente.
Las fuerzas de Kiev “volvieron a bombardear la nucleoeléctrica de Zaporiyia y el territorio cercano”, señaló Vladimir Rogov, miembro de la administración regional instalada por Moscú en Zaporiyia, al sur de Ucrania, desde marzo pasado.
Según el dirigente prorruso, los ucranios utilizaron sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple y artillería pesada.
En tanto, Energoaton, operador de las centrales nucleares ucranias, anunció un nuevo bombardeo enemigo cerca de uno de los seis reactores de la central, que provocó “una gran humareda, afectó varios sensores de radiación y dañó la estación de bombeo de aguas residuales”, pero aseguró que la situación en la infraestructura clave está actualmente bajo control.
Los ejércitos en confrontación reportaron por separado cinco ataques con misiles cerca de un área de almacenamiento de material radiactivo e indicaron que los niveles de toxicidad están “dentro de los límites normales”.
Esta instalación nuclear, cerca de la ciudad de Energodar, a orillas del río Dnieper, dispone de seis de los 15 reactores capaces de suministrar energía eléctrica a 4 millones de hogares. Desde la semana pasada se registraron varios bombardeos, de los que Rusia y Ucrania se culpan mutuamente.
Autoridades prorrusas en Zaporiyia se mostraron dispuestas a recibir a los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica que evaluarían las condiciones de la planta bajo protocolos de seguridad. El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, urgió a la comunidad internacional a “reaccionar inmediatamente para echar a los ocupantes de la nucleoeléctrica”, tomada por las tropas rusas desde el 4 de marzo pasado, y aseguró que “sólo la retirada de los invasores (…) garantizará la seguridad nuclear de toda Europa”.