Por Víctor Barrera
Los resultados que sigue arrojando este 2022 no son nada positivos y poco alentadores para poder pensar siquiera que este año podríamos alcanzar un crecimiento del Producto Interno Bruto por encima del 1.7 por ciento, pero a pesar de alcanzar un crecimiento este se vera pulverizado por el índice de inflación que se estima estará en 7.5 por ciento para este año.
Esto dejara a la administración de la 4T como la peor en este nuevo siglo, pero existe la oportunidad de modificar el rumbo qu hasta ahora llevamos y será analizar de manera profunda el voto que emitiremos en el 2024.
El proyecto de transformación ni quiera pudo establecer sus bases, porque nadie las conoce y mucho menos establecer los objetivos a alcanzar en el corto mediano y largo plazo, porque en realidad no existió un proyecto.
Millones de mexicanos votaron convencidos en el 2018 que México necesitaba un nuevo régimen, porque había un hartazgo de lo que se tenia, niveles altos de corrupción y de inseguridad publica.
Sin embargo ahora, la administración federal nos ha enseñado que no pudo erradicar estos males y que al contrario se enquistaron , pues la corrupción sigue imperando en el país, donde la nueva clase alta esta integrada por aquellos que durante muchos años defendían un reparto equitativo de la riqueza entre la población para terminar con la brecha donde el 10 por ciento de la población tenia mayor riqueza que el restante 90 por ciento, pero ahora tienen una riqueza inexplicable.
La inseguridad pública sigue en aumento y el crimen se burla cada día de un gobierno que es incapaz de establecer una estrategia que disminuya este crecimiento, que la política de “abrazos y no balazos”, solo sirvió para el discurso político y no para una realidad cruenta.
Hemos visto que los proyectos de esta administración han sido más desastrosos que benéficos, porque todos seguiremos pagando la cancelación del aeropuerto de Texcoco y que el AIFA no ha mostrado la utilidad con la cual fue vendido para su realización.
Que esta administración tiene una idea sobre salud errónea y el resultado ha sido un mayor desabasto de medicamentos, hasta los mas comunes son inexistentes en las farmacias del IMSS, ISSSTE y clínicas del bienestar.
En cuanto a la economía, los resultados son un alto nivel de inflación, menor creación de empleos bien remuneraos y por supuesto un mayor nivel de desempleo que desemboca en un incremento de la pobreza en el país.
Ahora rumbo a los comicios federales del 2024 es necesario analizar a profundidad si queremos un gobierno que incentive el desarrollo y origine riqueza o un gobierno que piense que ser paternalista es lo mejor para el país aun cuando al final lo que reparta sea pobreza.
Porque nuestra economía no crece y para seguir otorgando esos “programas sociales” el gobierno federal debe quitar a otros grupos sus programas para atender a quienes hasta ahora son sus votos duros., Así los “viejitos”, sus “viejitos” como los nombra López Obrador para recibir sus apoyos, las madres de familia tuvieron que perder los recursos para las estancias infantiles y la mujeres para los refugios a done acudir en caso de violencia.
Los jóvenes universitarios debieron perder apoyos a favor del desarrollo científico y tecnológico de las universidades publicas para apoyar a todos los jóvenes del país, estudien o no.
Este gobierno sin duda redistribuye el ingreso con el objetivo de establecer un padrón de votantes que lo mantengan en el poder.
Pero pronto llegara el día en el cual los cuidadnos saldrán a votar y a decidir si prefieren recibir recursos que duran menos de un mes o un mejor futuro para las generaciones venideras, sus hijos y nietos.