Por Víctor Barrera
Al vendedor de sueños se le empieza a agotar el tiempo y su mayor preocupación es mantener el poder, esto a través de una de sus “corcholatas” que le permitan salir del país sin tener la presión de ser perseguido por todos los errores cometidos en esta administración.
Una de las herencias que dejara a los mexicanos, y que tendrán que pasar por lo menos otros 20 años para poder situarnos en las condiciones que teníamos hasta antes del 2018, es la crisis económica que, al parecer, por el momento no tiene la intención de solucionar.
México, como lo he apuntado en entregas anteriores, sigue perdiendo las oportunidades para desarrollar su economía, principalmente por este mal gobierno, que prefiere incrementar el número de pobres en el país que aplicar recursos a los sectores productivos para crear empleos y riqueza que apoyen en el mejoramiento de la calidad de vida de los mexicanos.
Este gobierno ha actuado de manera miserable ante las situaciones adversas y si en estos momentos tenemos la oportunidad de salir adelante se debe a que el Banco de México ha tenido que aplicar soluciones dolorosas, pero eficaces en cuanto a su política monetaria.
Lo lamentable es que estas medidas, no son acompañadas por decisiones, del gobierno federal, que impliquen el fortalecimiento del sector industrial del país, para poder hacer crecer el consumo interno y con ello empezar a entrar al círculo virtuoso de la economía.
Es cierto que mantener las finanzas públicas sanas, es un factor de confianza hacia el país, pero no necesariamente se debe evitar hacer uso de esos recursos para aplicarlos en apoyar el desarrollo, es por ello que en la aprobación del presupuesto se deja un margen para que el gobierno pueda endeudarse, siempre y cuando esto este encaminado a crear riqueza y desarrollo nacional.
Otro punto que ha fallado este gobierno es querer cerrar la economía en sectores fundamentales para el desarrollo como el energético, ahora que este se ha convertido en una oportunidad importante para fortalecer una zona económica como lo es América del Norte.
Crear energía no solo se debe hacer con recursos públicos sino también con inversiones privadas que garanticen que la energía que se produzca sea confiable, sin variantes voltaicas, de buen precio y sobre todo su generación sea cada vez más limpia.
Pero al parecer al vendedor de sueños solo le interesa mantener su utopía, donde el Estado, es el principal productor de energía aun cuando esto se realice a través de procesos altamente contaminantes.
La idea de un gobierno controlador de todo ya la habíamos dejado atrás y habíamos empezado a crear y fortalecer organismos autónomos que vigilaran el gasto público y que evitaran la opacidad en ello. algo que ha regresado y que este gobierno utiliza para no rendir cuentas.
México requiere de gobiernos que vayan de lado de la población, que informen sobre su trabajo, pero sobre todo que respete el estado de derecho y la división de poderes y funciones.
Si este gobierno respetara esto último, las inversiones llegarían de manera importante al país, se produciría energía eléctrica para el crecimiento económico, lo que evitara una crisis fiscal y sobre todo mantendría las finanzas públicas sanas, porque el estado recibiría una gran cantidad de recursos vía impuestos.
El gobierno no tendría que estar desmantelando los organismos autónomos como lo es el INE para tratar de imponer a sus candidatos y asegurar el triunfo, porque este s le ortigaría de manera incondicional pero, repito, la opacidad y falta de rendición de cuentas, y la necedad de regresar 50 años atrás al país no le permiten ver que las soluciones a los problemas si son sencillas.