Cinco tripulantes iraníes de un avión venezolano de carga retenido en el aeropuerto de Ezeiza, que sirve a Buenos Aires, deberán seguir a disposición de la justicia en Argentina, ante la sospecha de que pudieran pertenecer a empresas vinculadas a la Guardia Revolucionaria iraní.
El juez federal Federico Villena ordenó la retención de los pasaportes de los tripulantes iraníes «por el término de 72 horas» y a la policía aeroportuaria «que informe sobre cualquier movimiento» del avión Boeing 747 de la empresa Emtrasur, inmovilizado desde el 6 de junio.
«Con posterioridad al ingreso se recibe información de organismos extranjeros que advertían acerca de la pertenencia de parte de la tripulación a empresas relacionadas con la Guardia Revolucionaria de Irán», dijo el lunes a radio Perfil el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández.
Los controles rutinarios detectaron «cosas que no eran lógicas. Habían declarado una tripulación que era menor a la que viajó y eso llevó a una investigación que terminó con la presentación de un hábeas corpus que fue rechazado y por eso se sigue investigando», señaló Fernández.
La reacción de Teherán este lunes fue calificar los hechos de propagandísticos. «Las últimas semanas están llenas de propaganda, operaciones psicológicas, guerra de palabras para provocar un sentimiento de inseguridad (en Irán) y este caso forma parte de ello», dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Said Khatibzade.
El juez Villena tomó la decisión tras aceptar la petición de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) de ser parte querellante en la investigación como representante de la comunidad judía argentina al alegar «interés legítimo para que se investigue».
Argentina considera sensible la presencia de viajeros iraníes, en razón de las alertas rojas de captura emitidas por Interpol que rigen para ex gobernantes de ese país, acusados por el atentado contra el centro AMIA de la comunidad judía argentina en 1994, que dejó un saldo de 85 muertos y unos 300 heridos.
Sobre los viajeros no pesaba ninguna alerta de Interpol, dijo este lunes Fernández. «Se les dio autorización para dormir y no se fueron por falta de combustible. Las empresas de acá no le quieren cargar por una posible sanción de Estados Unidos», dijo.
El avión, con 14 tripulantes venezolanos y cinco iraníes, arribó cargado con autopartes. Luego de aterrizar en la provincia de Córdoba (centro) voló a Buenos Aires. El 8 de junio despegó e intentó aterrizar en Uruguay, pero le fue negada la autorización, por lo que regresó a Argentina.
La prensa local dijo que el avión había sido comprado por la venezolana Emtrasur a la iraní Mahan Air, investigada en Estados Unidos por supuestos lazos con fuerzas militares de Teherán.
El ministro de Seguridad aclaró que los iraníes están en un hotel y que se les tomaron huellas dactilares