La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llegó este sábado a Kiev para hablar con el presidente Volodimir Zelenski del deseo de Ucrania de integrar la Unión Europea (UE), en momentos en que la ofensiva rusa se intensifica en el este del país.
«Estoy de vuelta en Kiev para encontrarme con el presidente Zelenski y el primer ministro (Denys) Shmygal. Vamos a evaluar el trabajo común necesario para la reconstrucción y los progresos logrados por Ucrania en el camino hacia Europa», indicó a los periodistas, entre ellos la AFP, que la acompañan en su visita.
Los dirigentes de la UE tienen previsto pronunciarse la próxima semana sobre la ambición de Ucrania de integrarse al bloque, antes de la cumbre del 23 y 24 de junio donde se abordará el tema.
Ucrania pide que haya «un compromiso jurídico» concreto de los europeos antes de finales de junio para obtener el estatuto de candidato oficial para entrar en la UE, pero los 27 están muy divididos sobre este aspecto
Von der Leyen, quien ya estuvo en Kiev el 8 de abril, llega esta vez a Ucrania en plena intensificación de los combates en el este, en la región del Donbás.
En su informe sobre la situación, la oficina del presidente Zelenski aseguró el sábado que se produjeron «bombardeos» nocturnos por parte de los «ocupantes» en varias localidades de la región, que centra los objetivos de Moscú: las zonas de Járkov, Lugansk y Donetsk en especial.
«Rusia quiere devastar cada ciudad del Donbás, cada una de ellas, sin exageración», afirmó Zelenski el viernes por la noche.
«Las tropas ucranianas están haciendo todo para frenar la ofensiva de los ocupantes, con las armas pesadas y la artillería moderna» que Ucrania posee, con «todo lo que hemos pedido y continuamos pidiendo a nuestros aliados», agregó.
La batalla por la ciudad clave de Severodonetsk y la cercana Lysychansk es cada vez más feroz.
«El enemigo sigue llevando a cabo ofensivas en la ciudad de Severodonetsk», dijo este sábado la jefatura del Estado mayor del ejército ucraniano, y precisó que 14 ataques fueron repelidos en las regiones de Donetsk y Lugansk en 24 horas, pero que las tropas rusas lograron un «éxito parcial» cerca del pueblo de Orikhovo.
La toma de Severodonetsk abriría a Moscú la vía hacia otra gran ciudad, Kramatorsk, etapa importante para conquistar la totalidad de la cuenca del Donbás, región esencialmente rusófona, en parte controlada por separatistas prorrusos desde 2014.
En Lysychansk, los vecinos explicaron a la AFP su difícil elección: quedarse y aguantar los bombardeos o huir y abandonar sus casas.
Yevhen Zhyryada, de 39 años, aseguró que la única forma de obtener agua era ir «bajo los bombardeos» a un centro de distribución en la localidad. «Así es como sobrevivimos», añadió.
En el sur de Ucrania, las autoridades locales entregaron este sábado los primeros pasaportes rusos a 23 habitantes de Jersón, ciudad ocupada por las tropas de Moscú, con un procedimiento simplificado en virtud de un decreto firmado a finales de mayo por el presidente ruso Vladimir Putin.
Por otra parte, el jefe de la administración presidencial ucraniana Andriy Yermak anunció el sábado la muerte de un periodista militar, Oleksiy Shubashev, quien fuera responsable de un programa de reclutamiento y de la televisión militar ucraniana, sin precisar las circunstancias.
Las consecuencias del conflicto repercuten a nivel internacional, especialmente en el mercado alimentario dado el importante papel de Ucrania y Rusia como exportadores de trigo.
Un asesor del presidente francés Emmanuel Macron dijo que Francia estaba dispuesta a ayudar a garantizar el acceso al puerto ucraniano de Odesa.
Desde el inicio de la invasión, las salidas marítimas de Ucrania están bloqueadas de facto, impidiendo la exportación de millones de toneladas de trigo.
Ese asesor presidencial también subrayó que Francia quiere «la victoria de Ucrania», después de la polémica generada por unas declaraciones recientes de Macron en las que decía que Rusia no debe ser humillada.
El presidente estadounidense, Joe Biden, señaló el viernes que incluso Zelenski había restado importancia a las advertencias de Washington sobre una invasión.
«Mucha gente pensó que estaba exagerando», manifestó Biden. «No había ninguna duda» de lo que estaba ocurriendo «y Zelenski no quería oírlo», añadió.
La invasión rusa ha puesto en vilo a los países europeos, y nueve de ellos instaron el viernes a la OTAN a reforzar su flanco oriental.
Los líderes de Bulgaria, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia, Rumanía y Eslovaquia se reunieron en Bucarest a menos de tres semanas de una cumbre de la alianza en Madrid.
«En vista del aumento de los riesgos para la seguridad en Rumanía y el mar Negro, la consolidación de la OTAN en su flanco oriental (…) resulta aún más urgente y crucial», manifestó el presidente rumano Klaus Iohannis.
Además del envío de armamento de países occidentales, Ucrania ha contado con la llegada de miles de combatientes extranjeros que se han unido a la guerra contra Rusia.
Tres de ellos, dos británicos y un marroquí, fueron el jueves condenados a muerte por las autoridades prorrusas de la región del Donbás, lo que despertó nuevas críticas contra Moscú de los países occidentales.
Rusia ha advertido repetidamente a Estados Unidos y sus aliados de la OTAN contra implicarse en el conflicto, incluso evocando el riesgo de una guerra nuclear.
En este contexto el ministro británico de Defensa Ben Wallace hizo una visita no anunciada a Kiev, donde el presidente Zelenski le agradeció por el importante rol de Londres en el apoyo occidental a Ucrania.