Por Víctor Barrera
Cuando se observa que México tiene un crecimiento económico basado más en el empuje de su gente, campesinos, trabajadores, empresarios, y no por su gobierno federal entendemos porque seguimos siendo un país importante a nivel internacional.
Esta administración, la de la 4T, en tan solo 3 años ha demostrado su incapacidad para administrar de manera sensata la riqueza de México y ha destruido todo lo que costo años en construir y que evitaba que la calidad de vida de los mexicanos decayera.
El sistema de salud, aun cuando tenía enormes deficiencias, por lo menos se intentaba ofrecer el servicio a la gente que más la necesitaba, ahora no existe este sistema, y el que hay es totalmente insuficiente para otorgar el trato y atención adecuada a los trabajadores que cuentan con el servicio y el Insabi, instituto sustituto del Seguro Popular, sigue sin consolidarse.
En cuanto al ámbito económico, los empresarios, entiéndase el sector privado, tuvieron que hacer verdaderas proezas para mantener sus empresas abiertas, lo que significo en que los niveles de desempleo no fueran un factor mayor de preocupación para los mexicanos.
Muchas personas que cayeron en el desempleo se instalaron en el comercio informal, logrando con ello asegurar ingresos que permitieran poder sobrevivir a una crisis que provocó la caída de más del 8 por ciento de nuestra economía en el 2020.
Esto permitió a nuestra economía, mantener una relativa estabilidad en el mercado interno, pero no lo suficiente para evitar que los niveles de pobreza se elevaran hasta el 57 por ciento de la población y la extrema pobreza rebasara los dos dígitos en el país.
El sector formal laboral del país, tuvo que aceptar una contracción salarial, para evitar que sus fuentes de empleos cerraran, lo que ha provocado que pese al incremento en sus salarios estos sean insuficientes para hacer frente a los niveles de inflación, que hasta ahora se encuentran por encima del 7 por ciento.
Esto equivale a que los aumentos salariales fueran totalmente rebasados por los precios de los productos y más aún si estos son alimentos, dejando pulverizado al salario para comprar una canasta básica recomendada.
Otro factor que ha evitado que la economía mexicana se desplome el incremento de las remesas que envían mexicanos que radican fuera del país, a sus familiares, algo que este gobierno federal insiste en señalar en un triunfo de su administración cuando en verdad es todo lo contrario.
La riqueza que tiene México sigue siendo un factor determinante para los inversionistas, que conjuntado con la cercanía a la segunda economía mundial y la sociedad comercial que se tiene con ella, convierte al país en un centro atractivo de inversión.
Por ello los niveles récord en la inversión extranjera directa es relevante, esto también ayuda para que nuestro país conserve el grado de inversión.
Otro factor fundamental que ha dado sustento a México como un destino que es confiable, pero que hay que observar de cerca, es la resistencia del poder Legislativo para no hacer de la Constitución una compilación de las ocurrencias gubernamentales.
Hasta ahora, a través de decretos y leyes secundarias se ha afectado el desempeño de muchas empresas, sobre todo extranjeras y del sector energético.
Pero la preponderancia de las reglas constitucionales da la esperanza de esperar el paso de la época crisis a una mejor situación.
Sin embargo, aun los inversionistas y mercados ponen atención especial a que la Suprema Corte de Justicia logre mantener su independencia del poder Ejecutivo.
Pese a esto se mantiene las dudas de que tan asequible puede ser México para la mayoría de los inversionistas, porque temas que pertenecen principal a la tarea del poder Ejecutivo aún no han logrado una solución total, uno de ellos es la inseguridad y la extensión impune del crimen organizado que implica sobre costos para la inversión, hasta llegar a un punto de hacer algo insostenible.
La división en la que se encuentra la población del país, es otro factor de preocupación para la viabilidad de México. Se entiende que el presidente López Obrador puede mantener esta división, porque tiene la capacidad de controlar a la gente, pero a dos años de las elecciones federales, aun no se conoce a un sucesor en la presidencia, sea de Morena o de la oposición, que pueda evitar que se desate un problema social mayor, por lo que deberá ser la misma población que deba entender que los calores políticos pueden ser negativos para el desarrollo económico y social del país.
Espero que la ciudadanía siga madurando políticamente y que su resiliencia de cada seis años continué para evitar crisis económicas que son difíciles de remontar y llevan años.