De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en febrero del 2022, la Población Económicamente Activa (de 15 años y más) eran 58.2 millones de personas (58.7% del total de población).
De éstas, 56.1 millones (96.3%), estuvieron ocupadas en febrero, y 2.2 millones desocupadas, y sin ingresos.
Del total de ocupadas, 38 millones operaron con plaza de trabajo; 12.8 millones por su cuenta y sin empleados; 3 millones fueron patrones, y 2.3 millones se desempeñaron en negocios o parcelas familiares, sin sueldo, ni prestación de seguridad alguna.
De las ocupadas, las sub-ocupadas (por tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas) fueron 5.2 millones de personas (9.2% de la población ocupada). Y la Población No económicamente activa fue de 42.8 millones de personas (menores de 15 años, adultos de gran edad).
Las personas ocupadas en la informalidad fueron 30.6 millones (54.6 % de la ocupada): una tercera parte de la población sin servicio médico, vacaciones, aguinaldo, infonavit, ni posibilidad de jubilarse o pensionarse.
Los desempleados y subempleados están peor. El ciclo intergeneracional de la pobreza se agravó estos últimos 3 años. De la población desocupada, por sexo, la masculina fue de1.3 millones, y la femenina 0.9 millones de personas.
En febrero de este año, 12.4% de los desocupados no contaba con estudios completos de secundaria, los de mayor nivel de instrucción representaron 87.5% de desocupados (la escolarización ya no garantiza trabajo).
Por rangos de edad, el grupo de 25 a 44 años concentró 45.9% de la población desocupada. El grupo de 15 a 24 años conforman al 28.7% de desempleados, 4.5 puntos porcentuales por debajo de la reportada un año antes; y el de 45 a 64 años agrupó a 23.3%, un alza de 2.7 puntos porcentuales; son los más “desechables”.
Por duración del desempleo, a febrero de 2022: 33.9% duró desempleada más de 1 mes y hasta 3 meses, y 42.7% permaneció en la búsqueda de un empleo hasta por más un año.
Aun cuando la economía y el mercado laboral han mostrado cierta recuperación luego de la pandemia del Covid-19, el porcentaje de la población en pobreza laboral aún no alcanza los niveles registrados antes del inicio de la pandemia. Y considerando el incremento de la inflación general, se presenta una reducción del ingreso per cápita del 0.9%, al pasar de $2,769.23 a $2,745.32, siendo mayor la caída del ingreso laboral entre los trabajadores formales (2.8%) que entre los informales.
Esto explica las conclusiones del Coneval: hoy 43.9% de la población, esto es, 55.7 millones de mexicanos están en situación de pobreza (3.8 millones de pobres más que en 2018). Y más grave aún, la población en pobreza extrema pasó de 14% a 17.2%, de 8.7 millones a 10.8 millones de personas, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares que elabora el INEGI.