Rusia mantuvo su ofensiva ayer en el este de Ucrania tras declarar antier la “liberación total” de la ciudad portuaria de Mariupol, al sureste de la nación eslava, con la rendición de los últimos defensores atrincherados desde hace semanas en la acería Azovstal.
El Ministerio de Defensa ruso informó que sus fuerzas destruyeron, “con fuego de artillería y misiles de alta precisión”, un gran cargamento de armas occidentales en el noroeste de Ucrania, cuyo itinerario de entregas eran 77 centros de mando y una decena de almacenes.
“Misiles Kalibr de alta precisión y largo alcance, lanzados desde el mar, destruyeron un gran lote de armas y equipamientos militares cerca de la estación de ferrocarril de Malin, en la región de Yitomir, enviado por Estados Unidos y países europeos”, señaló la dependencia pública.
El presidente ucranio, Volodymir Zelensky, afirmó que la guerra sólo puede terminar por medios “diplomáticos”, aunque las negociaciones entre Moscú y Kiev están en un punto muerto.
En la región oriental del Donbás, una cuenca minera controlada parcialmente desde 2014 por separatistas respaldados por el Kremlin, numerosas ciudades viven desde hace semanas al ritmo de los bombardeos rusos.
En Donietsk, que junto a Lugansk conforma el Donbás, los ataques con misiles alcanzaron una iglesia donde estaban refugiados civiles, incluyendo niños y miembros del clero, según el Ministerio del Interior ucranio. Al menos 60 personas fueron rescatadas y de momento se desconoce el número de bajas. El ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu, aseguró el viernes que sus tropas estaban “cerca de completar” la liberación de Lugansk y comunicó al presidente ruso, Vladimir Putin, la “liberación total” de Mariupol tras la rendición de los últimos defensores ucranios atrincherados en la acería Azovstal.
Desde el lunes, un total de 2 mil 439 combatientes que resistían en precarias condiciones en el laberinto de túneles de esa planta se rindieron, según el vocero del ministerio.
La conquista de Mariupol, frente al mar de Azov devastada por meses de bombardeos, es crucial para crear un corredor terrestre entre el Donbás y la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.
Las autoridades ucranias, que habían ordenado a los soldados de la acería deponer las armas, confían en un intercambio de prisioneros con soldados rusos. Un diputado y negociador ruso, Leonid Slutski, señaló que Moscú estudia la posibilidad de canjear a combatientes del batallón nacionalista Azov por el empresario ucranio Viktor Medvedchuk, ligado a Putin y acusado de traición.
Zelensky aseguró en entrevista con una televisora ucrania que el conflicto armado “será sangriento, habrá combates, pero terminará definitivamente mediante la diplomacia. Las discusiones entre Ucrania y Rusia definitivamente tendrán lugar. No sé bajo qué formato: con intermediarios, sin ellos, en un círculo ampliado o presidencial”, agregó.
Hasta la fecha, se han llevado a cabo varios encuentros entre negociadores de ambos bandos, sin resultados concretos; sin embargo, advirtió que la condición previa para reanudar las negociaciones era que Moscú no matara a los combatientes de Azovstal. En respuesta, el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, señaló a Kiev como el responsable de detener las conversaciones.
Por otra parte, el primer ministro portugués, Antonio Costa, se reunió en Kiev con Zelensky, tras anunciar que Portugal entregará a Ucrania una ayuda financiera de 250 millones de euros.
Las tropas de Zelensky volvieron a bombardear la ciudad de Yasinovátaya, en el centro de la república de Donietsk, con lanzacohetes múltiples, acusó el Centro Conjunto para la Supervisión y la Coordinación del cese del fuego.
Otros dos jefes militares de Ucrania que ordenaron bombardear instalaciones civiles en Donietsk y Lugansk fueron identificados, informó el Comité de Investigación de Rusia.
El gobernador de la ciudad rusa de Kursk, Roman Starovoit, denunció que el ejército ucranio efectuó disparos con mortero contra la ciudad de Tetkino, limítrofe con el noreste de Ucrania.