Por Víctor Barrera
En varias entregas, he insistido en la necesidad de atraer inversiones que puedan cubrir los gastos para la creación de infraestructura que, en el corto mediano y largo plazo, se convierta en creadores de riqueza y con ello se siga evitando distribuir pobreza, como hasta ahora lo ha hecho la presente administración federal, a través de sus programas sociales, más encaminados a la compra del voto, que al mejoramiento de calidad de vida de los mexicanos.
Pero para atraer las inversiones, es necesario mejorar el entorno, principalmente evitar que la impunidad y la inseguridad sigan incrementándose, además que exista un estado de derecho que impida que los contratos sean violentados por el ánimo con el cual el presidente se despierte cada mañana.
Pero lo más importante es que este gobierno federal entienda que el mundo está totalmente globalizado y que las economías cerradas están condenadas al fracaso si no se abren en un mercado de intercambios comerciales.
Esto también ayuda a las economías, para desarrollar la ciencia y tecnología, elevar el nivel educativo, que a su vez permita a los jóvenes poder incorporarse en el mercado laboral de manera más rápida, y con ello evitar salir del país. Un alto nivel educativo no necesariamente está encaminado a la elaboración de bombas, como piensa López Obrador, sino en tener las mismas oportunidades de desarrollo e incorporación laboral a nivel mundial.
México debe de pasar de ser un país maquilador a uno creador, la juventud mexicana tiene las mismas capacidades que las del mundo entero, pero hace falta desarrollarlas, apoyarlas y generar la infraestructura para su desarrollo.
Pensar que la entrada de remesas al país, es la única solución para que las familias mexicanas puedan obtener una mejor calidad de vida, sigue siendo un pensamiento anquilosado, porque una nación crece a través del desarrollo profesional de su gente, y pensar que los trabajadores mexicanos en Estados Unidos, principalmente o en otras naciones, mejoran su calidad de vida aceptando empleos que nadie quiere realizar, es un pensamiento limitado.
México requiere de un desarrollo basado en sus propias riquezas, que México tiene bastantes, pero para ello, repito, es necesario incentivar a las inversiones, y hasta ahora este gobierno federal solo ha hecho anuncios de paquetes de inversión para la infraestructura, pero no se han aplicado totalmente.
Se está señalando que se dará a conocer el tercer paquete de proyectos de infraestructura, los otros dos se anunciaron, pero han pasado de noche, que se ha pospuesto varias veces y que supuestamente ahora sí ya se va a presentar en Palacio Nacional.
Este tercer paquete abarca los proyectos del Istmo, no sólo la inversión en puertos, sino 10 parques industriales que tendrán estímulos fiscales especiales y que pretenden atraer empresas interesadas en el nearshoring que ayudarán a resolver los problemas en las cadenas de suministro.
Lo más importante de este tercer paquete que, al parecer, incluiría obras de los dos anteriores, es que realmente haya seguimiento de los proyectos, de lo contrario seguiremos escuchando muchos discursos, pero pocas acciones. México requiere un cambio real, en hechos y no solo palabras, porque estas últimas no motivan ningún avance.