Lorena Chantzin Paxacuasingo y Marcos Campos Ahuejote, miembros del Consejo Indígena y Popular de Guerrero-Emiliano Zapata (Cipog-EZ), fueron encontrados sin vida en la carretera de Atzacoloya, en el municipio de Chilapa de Álvarez, Guerrero.
En su cuenta de Facebook, el Cipog-EZ explicó que ambos desaparecieron el viernes por la mañana y ayer se hallaron sus cuerpos en “un lugar donde el grupo de Los Ardillos tiene un retén, dedicándose a desaparecer y asesinar a miembros de las comunidades pertenecientes al consejo”.
Recalcaron: “Sabemos que fueron Los Ardillos, Celso Ortega y la gente que integra al grupo narcoparamilitar, particularmente Audencio Lucas Rosario, quien está operando en la zona de Chilapa”.
Añadieron que las autoridades argumentan que se trata de un accidente, “cuando se pueden observar marcas visibles de tortura y fueron localizados 24 horas después de su desaparición”.
En el comunicado publicado en redes sociales, el Cipog-EZ exigió justicia para Lorena, de la comunidad de Xicotlán, y Marcos, de Ahuehuetlán, así como una investigación “objetiva y real” sobre lo sucedido por los tres niveles de gobierno, a quienes pidieron que dejen de ocultar y proteger a “los grupos narcoparamilitares”.
Reprocharon que la fiscalía de Guerrero y el gobierno estatal, encabezado por la morenista Evelyn Salgado, “no han hecho nada por detener los asesinatos, desapariciones, torturas y demás acciones de Los Ardillos, ni mucho menos por buscar a nuestros desaparecidos, como Pablo Hilario Morales y Samuel Hernández Sánchez”, estos últimos ausentes desde el pasado 25 de enero.
Por su parte, la Fiscalía General del Estado de Guerrero emitió un comunicado más tarde en el que afirmó que las personas a las que hace referencia el Cipog-EZ no fueron privadas de la libertad y fallecieron en un accidente automovilístico; sin embargo, indicó, se inició la carpeta de investigación correspondiente por el delito de homicidio por tránsito terrestre.