El Congreso de Estados Unidos votó abrumadoramente el jueves a favor de suspender las relaciones comerciales normales con Rusia y prohibir la importación de su petróleo, intensificando así la respuesta de Washington a la invasión rusa de Ucrania en medio de informes sobre atrocidades.
La Cámara de Representantes siguió el ejemplo del Senado horas antes, que aprobó ambas iniciativas de ley por unanimidad, con 100 votos a favor y ninguno en contra. Con el respaldo de ambas cámaras, se espera ahora que los dos proyectos de ley sean promulgados por el presidente Joe Biden.
Los legisladores apoyaron abrumadoramente la esencia de los dos proyectos de ley, pero languidecieron durante semanas en el Senado mientras sus miembros trabajaban para definir los detalles finales.
El gobierno de Biden ya había tomado medidas ejecutivas para prohibir en Estados Unidos el petróleo, el gas natural licuado y el carbón procedentes de Rusia. Las dos iniciativas convierten esos esfuerzos en leyes.
El proyecto legislativo para poner fin a las relaciones comerciales normales con Rusia allana el camino para que Biden promulgue aranceles más altos a varias importaciones, como ciertos productos de acero y aluminio, lo que debilitará aún más la economía rusa bajo la presidencia de Vladimir Putin. También hará que Bielorrusia, una nación aliada del Kremlin, reciba un trato arancelario menos favorable.
El representante Richard Neal, demócrata por Massachusetts, dijo que ucranianos inocentes estaban siendo masacrados incluso mientras los legisladores se reunían.
«No tenemos tiempo que perder y debemos castigar de inmediato a Vladimir Putin», sostuvo Neal. «Lo que hemos presenciado en Bucha en el transcurso de las últimas 72 horas justifica con creces las posiciones que hemos tomado antes y seremos más asertivos y enérgicos en el futuro».
El líder de la mayoría demócrata del Senado, Chuck Schumer, anunció el miércoles por la noche un gran avance en las negociaciones para someter a votación los proyectos de ley antes de que los legisladores viajen de regreso a sus estados y distritos electorales de origen durante dos semanas. Algunos legisladores admitieron que el hecho de no haber tomado antes medidas finales sobre los proyectos de ley estaba enviando un mensaje equivocado a los gobiernos aliados y a Rusia.
«Yo deseaba que esto hubiera sucedido con anterioridad, pero después de semanas de conversaciones con la otra parte, es importante que hayamos encontrado un camino a seguir», agregó Schumer.