Por Víctor Barrera
Con la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la primera obra icónica de este sexenio denominado 4T, regresamos a los tiempos donde era importante realizar inauguraciones de proyectos a medias aun cuando el término de ellas será en seis u ocho años después.
Lo que implica que el verdadero costo de cada obra aumentará exponencialmente y serán mucho más caras que lo estimado inicialmente.
En este caso el AIFA, que se estimó su costo no mayor a los 100 mil millones de pesos, hasta el momento, tomando los costos que reporta la secretaria de Hacienda, la construcción supera los 104 mil millones de pesos.
A esto debe sumarse los costos que deberán realizarse para realizar la infraestructura suficiente para conectar a este aeropuerto con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), y otros caminos para hacer accesible la llegada de más gente a este nuevo aeropuerto.
Además, se le debe agregar el gasto realizado, por la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, que se ubicaría en Texcoco (NAIM),, que, según la Auditoria Superior de la Federación, tuvo un costo de 113 mil millones de pesos.
Pero si usted lee o ha tenido la oportunidad de visitar el AIFA, se dará cuenta que aún hay mucho por realizar, para terminar el aeropuerto tal y como se presentó la maqueta inicial.
Entonces el costo de esta obra superará en mucho el costo de haber terminado el anterior NAIM.
Ahora y más allá de los costos, que no pagará López Obrador, sino todos los mexicanos a través de nuestros impuestos, deberemos ver si la oferta de funcionalidad y operatividad será suficiente para recuperar estos recursos y seguir realizando más obras.
De entrada, debemos recordar que la operación y administración de este AIFA estará a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), por lo que debe darse claridad en cuanto a la cantidad de recursos que reportará la Sedena a la SHCP, y los gastos de operación que retendrá la Sedena, mientras sea administrado de esa forma.
Sin embargo, el principal reto será si podrá cumplir con la expectativa de ser un aeropuerto que cumpla con las normas de aviación internacional, si los aviones grandes podrán aterrizar en este y si los vientos, que explicaban los expertos, no serán un obstáculo para los aviones medianos y pequeños.
En fin, el capricho de López Obrador se inaugura, la funcionalidad y la conectividad, queda en duda,
Repito regresamos a los viejos tiempos donde era importante cortar los listones y dar como funcionales obras que no se habían completado en sus totalidad, Qué bueno que las cosas han cambiado, bueno esos dicen ahora.