Por Víctor Barrera
La Reserva Federal de los Estados Unidos tomo una decisión que esperaban los mercados internacionales y elevo sus tasas de interés para iniciar un proceso que tan solo este año podría aumentar en un cuarto de punto por seis ocasiones y no en cuatro como se había pronosticado.
De tal manera que al término de este año su tasa preferencial se ubicaría en 1.75 o quizás 2 por ciento, con el objetivo de poder solventar la presión inflacionaria que se vive y que podría durar varios meses más si no se resuelve el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
La decisión de este incremento tampoco debe tomarse como sorpresa ya que fue necesario ante la presión que venían sufriendo los costos de los insumos como consecuencia de la pandemia del Covid-19 y ahora por el enfrentamiento bélico.
Pero este ocasiona otro problema, para las economías emergentes como México ya que en caso de que esta medida no logre abatir la presión inflacionaria y tampoco alcanzar el crecimiento económico establecidos en Estados Unidos, las otras naciones también deberán tomar medidas para evitar que sus crecimientos económicos no sean tan bajos o se estanquen porque es mayor riesgo para el bienestar de sus poblaciones.
Hace apenas algunas semanas el Fondo monetario Internacional (FMI) calculaba que la economía de Estados Unidos habría de crecer en 4 por ciento en este año.
Ayer, la Reserva Federal estableció un pronóstico de apenas 2.8 por ciento.
Entonces si las autoridades de la economía número uno del mundo no logran abatir la inflación y su crecimiento depende de esto hace totalmente ineficiente las alzas de tasas.
Para México la repercusión seria de un duro golpe, porque hasta ahora la mayor parte de nuestras exportaciones son hacia Estados Unidos, y si su economía no crece se reduciría el tamaño de compras de productos mexicanos, algo que impactaría sobre el crecimiento económico del país el cual seria menor 1.5 por ciento
Además si las autoridades de los gobierno no aplican estrategias económicas para hacer que sus economías se desplomen, el simple hecho de elevar las tasas de interés podrían ocasionar, como en décadas pasadas una recensión económica mundial.
Ahora es el momento que el gobierno federal de México convoque al poder legislativo y a los sectores productivos para iniciar una estrategia económica que implique el fortalecimiento de la producción en México, principalmente de alimentos, para evitar su escasez y encarecimiento, ademar evitar un mayor cierre de empresas y con ello evitar el desempleo y pobreza y lamentablemente la elevación de los índices de inseguridad.
López Obrador debe de dejar de lado seguir hablando de la Consulta de Revocación de Mandato, porque esta será fallida, debe poner pausa a sus megaproyectos y dirigir esos recursos en nichos que generen mayor productividad y el círculo virtuoso de una economía.
Nadie sabe con exactitud el termino del conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que es cierto es que cada nación deberá velar por el bienestar de su población y lo principal es precisamente el alimento, para que las familias no sufran de ello.
Todo este cuadro de riesgos está presente incluso sin considerar mayores problemas de suministro derivados del crecimiento de la pandemia en China.
El problema es que hasta ahora no se ha visto que las autoridades federales presenten una estrategia a seguir, estimar que la economía de Estados Unidos pueda resolver su situación económica y con ello nos siga jalando a un crecimiento es no hacer nada
En este contexto, sobra decir que sería absolutamente deseable contar con una política que fuera amigable con la inversión y que no propiciara conflictos que son evitables, como los que han surgido con el Parlamento Europeo o con el Departamento de Estado de la Unión Americana.
Sin embargo esto no lo piensan nuestras autoridades y prefieren seguir anteponiendo su permanencia en el poder y no las soluciones que afectan a millones de mexicanos.